Tras "evaluar los riesgos actuales", las autoridades lituanas han limitado la protección estatal de la líder de la oposición bielorrusa, actualmente en el exilio. Según los medios lituanos, su seguridad costaba al erario público cerca de un millón de euros.
La oficina en Vilna de la líder opositora bielorrusa en el exilio, Svetlana Tijanóvskaya, ha anunciado la suspensión temporal y parcial de sus actividades después de que las autoridades lituanas hayan rebajado el nivel de su seguridad personal. La decisión se ha tomado "basándose en el análisis de los riesgos actuales".
Anteriormente, la seguridad de Tijanóvskaya corría a cargo del servicio estatal de protección de dirigentes (VAD). A partir de ahora será la Oficina de Policía Criminal quien tome el relevo de su salvaguarda.
"Basándose en una evaluación de la situación de seguridad y los riesgos, el Servicio de Protección de Líderes ha decidido reducir su nivel de protección", ha declarado el ministro lituano de Exteriores, Kęstutis Budrys. "Svetlana Tijanóvskaya y su oficina han sido informadas de esta decisión y yo personalmente traté el asunto con ella".
Para los allegados de Tijanóvskaya, la decisión de las autoridades lituanas supone una sorpresa. Su equipo afirma que aún persisten las graves amenazas del régimen de Alexandr Lukashenko, del que huyó hace cinco años.
"Nos ha sorprendido saber que el sistema cambiará a partir del lunes", ha declarado Denis Kuchinski, asesor de Tijanóvskaya. "Nuestro trabajo está estrechamente vinculado al sistema de seguridad lituano, así que ahora hemos suspendido temporalmente algunas de nuestras actividades. La seguridad de Svetlana no es un lujo ni un privilegio, es una cuestión de supervivencia. Las amenazas a las que nos enfrentamos son constantes y graves", ha añadido Kuchinski.
Tijanóvskaya vive en Lituania desde 2020. Según los medios nacionales, su protección de veinticuatro horas al día en el país y en el extranjero (con coches escolta, alojamiento y uso de terminales VIP en los aeropuertos) le cuesta al Estado báltico alrededor de un millón de euros al año.