El recuento de votos de las elecciones presidenciales en Honduras se reanudó este lunes tras varios días detenido por "fallos técnicos". Nasry Asfura, respaldado públicamente por Donald Trump, mantiene la ventaja en medio de la tensión y denuncias de injerencia extranjera.
El escrutinio de las elecciones generales del 30 de noviembre en Honduras se reanudó este lunes después de haber permanecido paralizado desde la tarde del viernes por "fallos técnicos" en el sistema de conteo, según confirmó la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Ana Paola Hall. El organismo había anunciado el domingo la "reanudación inmediata" del proceso, aunque los primeros movimientos en la página oficial no se reflejaron hasta primeras horas de este lunes.
De acuerdo con los datos más recientes del CNE, con el 88,29% de las actas electorales escrutadas, el candidato del conservador Partido Nacional, Nasry "Tito" Asfura, se mantiene en cabeza con 1.132.429 votos, el 40,18%. En segundo lugar figura Salvador Nasralla, del Partido Liberal, también de centro-derecha, con 1.112.610 votos (39,51%). La candidata oficialista de Libertad y Refundación (Libre, izquierda), Rixi Moncada, continúa tercera con 543.756 papeletas, el 19,29%. Estos datos han sido difundidos a través de la página web del CNE, que ha pedido "mantener la calma".
Las interrupciones en la actualización del conteo y la ausencia de cambios durante días han generado críticas de partidos políticos, observadores y organizaciones de la sociedad civil, que reclaman mayor celeridad y transparencia. La Misión Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Honduras ha pedido que "se agilice" el escrutinio y se informe "con total claridad" sobre las incidencias técnicas, al considerar que los retrasos alimentan la desconfianza en un proceso ya de por sí muy ajustado.
Asfura ha pedido paciencia. El aspirante del Partido Nacional ha asegurado que los resultados que maneja su formación, basados en actas originales recogidas en las mesas, difieren de los datos del sistema de Transmisión de Resultados Preliminares (TREP), y ha insistido en que el CNE debe concluir el conteo dentro de los plazos legales.
Por otra parte, Nasralla denunció la supuesta "manipulación" de los votos y ha pedido que se investigue a la empresa tecnológica encargada del sistema de escrutinio. El candidato liberal también ha criticado la intervención pública de Donald Trump en la campaña, que habría perjudicado sus opciones en la candidatura.
El oficialismo "no reconoce" las elecciones
La postura más dura proviene del partido gobernante Libre. Rixi Moncada anunció que su formación "no reconoce" las elecciones generales al considerar que se han celebrado bajo "injerencia y coacción" del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y de la élite económica hondureña. Moncada denunció lo que califica como un "golpe electoral en curso" y aseguró que se habrían enviado masivamente mensajes a la población, advirtiendo de que, si votaban por ella, podrían perder el cobro de remesas en diciembre. Libre ha convocado movilizaciones para expresar su rechazo al proceso y presionar por un recuento que consideran viciado.
Frente a estas acusaciones, el CNE insiste en que las interrupciones se deben a fallos técnicos y no a una manipulación deliberada. La presidenta del organismo ha subrayado que algunas actas presentan "inconsistencias" que deben revisarse de forma específica antes de cerrar el escrutinio general y ha recordado que el Consejo dispone de hasta 30 días desde la votación para proclamar los resultados definitivos.
A pesar de la estrecha diferencia entre los dos primeros candidatos, ninguno se ha declarado presidente electo. Tanto Asfura como Nasralla aseguran que, según las actas en su poder, salen favorecidos en el cómputo final, pero ambos han reiterado públicamente que esperan la resolución oficial del CNE e hicieron llamamientos a evitar la violencia en las calles. Mientras tanto, Honduras sigue en vilo y bajo una tensión creciente.