Las perspectivas prudentes de Ryanair enfriaron a los inversores este lunes en Londres. Las acciones del líder aéreo europeo de bajo coste llegaron a perder hasta el seis por ciento durante la sesión para terminar con un 0,25 negativo.
La compañía irlandesa, sin embargo, anunció unos beneficios anuales récord, superiores a lo previsto, con un tráfico de pasajeros al alza. Además, Ryanair repartirá dividendos.
Lo que inquieta es su factura del carburante. Aumentó en 360 millones de euros en el último ejercicio acabado en marzo a causa del incremento de los precios del petróleo y debe continuar aumentando. El año pasado, compensó el bajo coste elevando las tarifas. Pero es una solución que se excluye este debido a la austerdidad generalizada en Europa.