La recuperación de los destinos con problemas de seguridad y estabilidad en los últimos años, como Túnez y Turquía y el calor generalizado en el norte de Europa responsables de la ralentización.
La llegada de turistas a España sufrió en julio, el mayor descenso en ocho años.
Cerca de 9,98 millones de visitantes internacionales escogieron España para veranear, un 4,9% menos que en julio de 2017.
La ola de calor en el norte de Europa explica en parte esta bajada, pero hay otro factor determinante, como destaca en su último informe la Organización Mundial del Turismo:la recuperación de los destinos con problemas de seguridad en los últimos años, como Túnez y Turquía.
Estos países compiten con paquetes turísticos a precios muy ventajosos, la famosa f´ormula del "todo incluído". Además, en el caso de Turquía, la depreciación de la lira abarata más el coste de las vacaciones.
El Gobierno español ha admitido este lunes la ralentización, pero destaca que su estrategia pasa por la calidad y no por la cantidad.