La prohibición de viajar a la isla caribeña a las empresas de cruceros de Estados Unidos afecta a cerca de 800.000 viajes programados o en curso, pero sobre todo supone un duro revés para la economía local, que sobrevive, en gran medida, gracias al turismo.
Triste adiós al último crucero estadounidense en Cuba, el Empress of the Seas. Las nuevas sanciones estadounidenses han sido recibidas con sorpresa, decepción y preocupación tanto por los turistas estadounidenses como por los cubanos.
La prohibición de viajar a la isla caribeña afecta a cerca de 800.000 viajes programados o en curso, pero sobre todo supone un duro revés para la economía local, que sobrevive, en gran medida, gracias al turismo.
"Los negocios aquí en La Habana vieja se sustentan sobre todo en las bases del turismo. Y al no entrar más cruceros, por supuesto, disminuye el flujo de turismo y, claramente, se ve afectado. No solamente los negocios de cuenta propia sino también los negocios de las distintas corporaciones estatales que aquí trabajan", ha explicado Fidel Díaz, trabajador autónomo cubano.
Washington busca castigar al Gobierno cubano por su apoyo al presidente venezolano, Nicolás Maduro. Apoyo que La Habana ha reafirmado asegurando que "no es negociable", pese a las sanciones.