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Las acciones de la alemana Thyssenkrupp caen tras prever fuertes pérdidas

Un hombre pasa junto a una plancha de acero incandescente en la acería de thyssenkrupp en Duisburgo, Alemania, cinco de noviembre de 2025.
Un hombre pasa junto a una plancha de acero al rojo vivo en la acería de Thyssenkrupp en Duisburgo, Alemania. Cinco de noviembre de 2025. Derechos de autor  AP/Martin Meissner
Derechos de autor AP/Martin Meissner
Por Eleanor Butler
Publicado Ultima actualización
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Thyssenkrupp está inmersa en un proceso de reestructuración para apuntalar sus finanzas, lastradas por los altos costes energéticos y la competencia barata.

El fabricante alemán Thyssenkrupp vio caer su cotización el martes, tras anticipar fuertes pérdidas para el ejercicio en curso. Hacia las 13:30 en Fráncfort, las acciones perdían un 8,85%, recortando caídas más pronunciadas registradas a primera hora.

La siderúrgica y empresa de ingeniería dijo que espera un flujo de caja libre negativo de entre 300 y 600 millones de euros en su ejercicio fiscal, que termina el 30 de septiembre de 2026. Eso, antes de fusiones y adquisiciones.

Thyssenkrupp añadió que prevé una pérdida de entre 400 y 800 millones de euros en el ejercicio actual. "Nuestra previsión tiene en cuenta las persistentes y difíciles condiciones del mercado y las medidas de eficiencia y reestructuración en nuestros segmentos", dijo Axel Hamann, director financiero de Thyssenkrupp.

"La aplicación decidida de nuestros programas de eficiencia y reducción de costes en todos los segmentos es crucial para la evolución de nuestros resultados". Hamann agregó que la compañía había cumplido sus objetivos financieros del ejercicio recién concluido, pese al complicado entorno de mercado.

En este periodo, Thyssenkrupp generó un flujo de caja libre positivo de 363 millones de euros, muy por encima de la pérdida de 110 millones del año anterior. Las ventas alcanzaron 32.800 millones de euros, en línea con lo esperado, aunque supusieron un descenso interanual del 6%. El próximo año, Thyssenkrupp prevé costes de reestructuración de 350 millones de euros, con el objetivo de reforzar su rentabilidad a largo plazo.

La semana pasada, la división de acero de Thyssenkrupp señaló que empezará a aplicar recortes de empleo tras alcanzar un acuerdo largamente esperado con los sindicatos. El acuerdo prevé la eliminación de 11.000 puestos en sus plantas siderúrgicas, el 40% de la plantilla. La producción de acero se reducirá en hasta 2,8 millones de toneladas, en torno a un 25%.

Thyssenkrupp se ha convertido en un símbolo de la maltrecha industria manufacturera alemana, golpeada por el encarecimiento de la energía en Europa y la competencia de rivales asiáticos más baratos. La débil demanda, vinculada al escaso crecimiento pospandemia en Europa, también ha estrechado los márgenes, con los fabricantes de automóviles reduciendo de forma notable sus compras de acero y componentes. Antes un gigante con divisiones que iban de la ingeniería a los ascensores y la defensa, Thyssenkrupp busca ahora escindir sus áreas en dificultades en negocios separados.

El grupo indio Jindal Steel estudia la compra de la división de acero de Thyssenkrupp, en sustitución del aspirante Daniel Křetínský, un multimillonario checo que se retiró de una posible operación a comienzos de este año. Křetínský devolvió el 20% de la participación en la unidad de acero que ya había adquirido y abandonó sus planes de elevarla al 50%.

Una prioridad clave para la división de acero es la descarbonización, y Thyssenkrupp ya invierte en métodos de fabricación de bajas emisiones. Thyssenkrupp también logró desprenderse este año de su división naval TKMS, que empezó a cotizar en la Bolsa de Fráncfort.

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