2019 arranca con Thieleman a la batuta, en Viena

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Por Andrea Buring
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Desde 1939, el mundo sigue, embelesado, el Concierto de Año Nuevo. En esta ocasión ha sido el alemán Christian Thielemann, a la batuta, quien ha dirigido a la Filarmónica de Viena, con Daniel Froschauer, al violín.

El Concierto de Año Nuevo de Viena es la ceremonia musical con más éxito a nivel internacional. Lleva celebrándose desde hace 79 años. Sólo los directores de orquesta más prestigiosos dirigen este evento legendario. Christian Thielemann, ha dirigido por primera vez el concierto de Año Nuevo interpretado por la Filarmónica de Viena y por Daniel Froschauer, al violín.

Para un director de orquesta, dirigir el famoso Concierto de Año Nuevo de Viena es uno de los mayores honores que pueda recibir. Cerca de un millar de telespectadores potenciales pueden verlo por televisión en más de 90 países. Lleva celebrándose 79 años y por primera vez, ha contado con el alemán Christian Thielemann a la batuta, quien dirigió el uno de enero a la Filarmónica de Viena con brio. Una orquesta que conoce bien, no en vano mantiene con ella un lazo de tres décadas.

Christian Thielemann confiesa que "la atmósfera es maravillosa. Tengo que admitir que aprendo mucho. Es bueno cuando un director escucha lo que la orquesta está interpretando. Ésta en concreto ofrece una música innata, y lo hace de forma incomparable, lo cual me da ideas, porque desarrollo los matices que ellos tocan"

De él, Daniel Farschauer, violinista y presidente de la Filarmónica de Viena dice que "ve y siente todo. Siente cuando el concertino quiere ir más despacio. Es tan flexible que eso le sirve para crear otro momento mágico".

Thielemann eligió cuidadosamente el programa de este año y lo hizo el colaboración con la orquesta. "Empezamos con una elegantísima marcha austriaca. En general las marchas son bastante difíciles porque pueden "degenerar" facilmente, pero no con esta orquesta. Después hay un vals un baile muy redondo de hadas y elfos. Asi que tenemos muchos colores en el sonido. Luego la música se robustece. Cuando uno escucha "Nordseebilder", puedes ver cómo llega una tormenta, pero aunque se anuncia inminente, luego se convierte en un agradable vals. Todas esas obras forman una especie de un paisaje con colinas. Es así", comenta.

El repertorio del Concierto de Año Nuevo incluye principalmente obras de la dinastía Strauss. Pero a pesar de ello puede ocurrir que la Filarmónica de Viena, rompa esa tradición. Este año, por primera vez ha interpretado "Die Tänzerin". En ese momento, dice Daniel Froschauer, los músicos - él incluido - "fueron capaces de expresar el lenguaje musical de una manera tan bella que encandilaron a la sala, abarrotada. Por ejemplo con "Die Tänzerin", la obra que está sonando ahora, puedes ver literalmente a una bailarina bailando con puntas. Puedes incluso oir cómo baila."

Tradicionalmente, el segundo bis del concierto es el Danubio azul. "No es de extrañar que Johannes Brahms escribiera una dedicatoria para Johann Strauss en la que decía "desafortunadamente no lo he escrito yo", refiriéndose a las primeras notas del Vals del Danubio azul.... Ese comentario lo dice todo", concluye sonriendo Froschauer.

Fuentes adicionales • Aurora Vélez

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