La franquicia italiana ha abierto sus puertas recientemente en Roma. Las instalaciones cuentan con habitaciones insonorizadas donde la gente destroza objetos mientras escucha su música favorita.
PUBLICIDAD"Si lo construyes, ellos vendrán" era el misterioso mensaje de la película Campo de sueños (Phil Alden Robinson, 1989), que puede haber estado en la mente de los creadores de la franquicia italiana de salas de ira Anger Games, que ha abierto recientemente en Roma.
Destroza todo lo que quieras
El establecimiento ofrece salas insonorizadas donde la gente paga por destrozar objetos violentamente mientras escucha su música favorita.
La empresa afirma que la actividad permite a los clientes descargar su rabia divirtiéndose en un entorno protegido. Se les suministra unequipo de protección personal que incluye chaquetas, cascos, gafas protectoras, espinilleras y zapatos.
Todas las llamadas sesiones de rabia se graban con una cámara de circuito cerrado y se proyectan en directo en dos monitores, para que los responsables de la tienda puedan controlar la seguridad de todos. Los clientes también pueden comprar las imágenes por un precio adicional.
Jarrones de cerámica u ordenadores
"Hay botellas de cristal, cerámica y pequeños dispositivos electrónicos, o bien puedes encontrar monitores de ordenador, impresoras, mobiliario, digamos cualquier tipo de objeto que puedas destruir con una palanca", explica el gerente de la tienda, Daniele Boccardi.
Una sola sesión, que incluye veinte objetos que dejar hechos añicos, tiene un precio de treinta euros.
Si a los visitantes les sabe a poco y quieren más cosas que machacar, pueden pagar un suplemento o elegir un paquete Deluxe de cincuenta euros, que incluye cuarenta objetos.
Terapia colectiva
Las sesiones pueden ser individuales o en grupo de hasta ocho personas.
La primera tienda de Juegos de la ira, Anger Games abrió en Milán en 2018. Tras su éxito, la marca se expandió a otras ciudades del norte de Italia, como Turín en 2020, y Génova en 2022.
Uno de sus fundadores, Alessandro Marchetti, decidió invertir en el negocio después de visitar una habitación de ira en Estados Unidos, donde el concepto es popular desde hace años.
Los beneficios de esta singular terapia están ahora en debate. Algunos terapeutas han expresado sus dudas sobre si este método es beneficioso para la salud mental.