La vecina de Borja, que saltó a la fama en 2012 por su controvertida restauración del cuadro original de Elías García, ha fallecido a los 94 años de edad. Su pincel arruinó una obra de arte, pero convirtió a su pueblo en un destino turístico sin parangón.
Cecilia Giménez, quien desató la controversia hace más de diez años debido a su malograda restauración del 'Ecce Homo' del Santuario de la Misericordia de Borja, ha fallecido este lunes, a los 94 años de edad, según informó el alcalde de la localidad, Eduardo Arilla.
"Se marcha una de las personas más queridas de Borja. Su infinita generosidad queda plasmada en lo que hemos podido hacer gracias a todo lo que ha traído el Ecce Homo", destacó Arilla a través de un post publicado en Facebook. "Descansa en paz, Cecilia, te recordaremos siempre".
Aficionada a las bellas artes, en el año 2012, Giménez quiso restaurar la obra de Elías García, que databa de 1923, pero tuvo que dejar la tarea a medias temporalmente, según dijo. Fue entonces cuando un grupo de estudiantes, pensando que su trabajo ya había concluido, tomó algunas fotos que compartieron por internet, causando así un revuelo de grandes proporciones.
Las imágenes, que corrieron como la pólvora por las redes sociales, antes de que se normalizara siquiera el concepto de "viral", convirtieron a una Giménez ya por entonces anciana en un hazmerreír y en todo un fenómeno viral. A pesar de que no era la primera vez que acometía una restauración de ese tipo, siempre con éxito, en aquella ocasión, debido al ruido mediático, finalmente no le dejaron concluir su trabajo.
"Al principio estuve muy malica, malísima, porque se me vino todo, veía las cámaras y me asustaba, perdí seis kilos y no hacía más que llorar y llorar", lamentaba Giménez un año después de la controversia, según recoge hoy 'elDiario.es'. "Me pregunté por qué me ha tenido que pasar a mí esto, si lo he hecho con tan buena voluntad".
Borja, en el mapa
A pesar del daño a su patrimonio, en Borja nunca han ocultado el impacto beneficioso que lo sucedido tuvo para un pueblo que, de repente, se convirtió en un destino turístico, ante la curiosidad de visitantes nacionales e internacionales. En España, se multiplicaron las menciones al 'Ecce Homo' al referirse a alguna restauración mal hecha, y en Japón, incluso, se llegaron a comercializar caramelos envueltos con el rostro del 'Ecce Homo'.
Giménez, sin embargo, siempre prefirió mantenerse al margen. "Yo no me he querido lucrar ni aprovecharme de lo sucedido", llegó a asegurar a 'ABC'.
De hecho, desde aquel 2012, decenas de miles de personas han visitado el Santuario de la Misericordia de Borja, en cuyo Caserón permanece expuesto. Esta afluencia ha permitido recaudar fondos tanto para el santuario, como para el Hospital Sancti Spiritus, donde, debido a su delicado estado de salud, residía desde hacía unos años, junto con su hijo, que padece una capacidad intelectual.
Este lunes, la Fundación del Ecce Homo de Borja, se refería a Giménez como "una estrella más en el cielo". "Hablar de Cecilia, es hablar de una madre entregada, de lucha, de fuerza, pero sobre todo es hablar de generosidad, cualidades que le han servido para ganarse el cariño de todo el mundo", comentaba la fundación en un comunicado divulgado en redes sociales.