Las empresas de transporte que operan en el Rin se transforman para poder sobrevivir al cambio climático.
El bajo nivel del agua está presionando a las empresas de transporte entorno al río Rin en Alemania. "Creo que mucha gente es consciente de que este fenómeno se incrementará debido al cambio climático, que tendremos variaciones de agua alta, agua baja, agua alta y agua baja y que tenemos que reaccionar en consecuencia", destaca Kristin Kahl , directora de sostenibilidad de Contargo
Los últimos datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, que muestran que en Europa, este mes de agosto ha sido, con diferencia, el más cálido de los registrados. Las temperaturas del mes pasado fueron 1,7 grados Celsius por encima de la media del período de 1991 a 2020.
Lo que supone casi un grado más que el anterior récord registrado en agosto en otro año cálido, el 2018. En general en Europa ha sido un verano muy caluroso. Veamos la comparación histórica.
Este gráfico muestra anomalías de temperatura para los meses de junio, julio y agosto combinados desde 1979, y se puede ver la tendencia al calentamiento, subiendo en el verano de 2022, como vemos al final: 1,3 grados por encima de la media.
Respecto a las anomalías de temperatura combinadas de junio, julio y agosto a escala global se puede ver que fue un verano más cálido que la media en muchas zonas del hemisferio norte. Y luego, destacado en azul, está Pakistán, que ha sido más frío, pero que ha sufrido fuertes lluvias que han provocado inundaciones devastadoras que se han cobrado mil cuatrocientas vidas.
Si nos centramos en la situación del río Rin, en Alemania, la sequía récord de este año ha dejado los niveles de agua tan bajos que muchas embarcaciones sólo han podido transportar una cuarta parte de su carga habitual. La crisis ha hecho que el sector del transporte fluvial se apresure a adaptarse.
Las embarcaciones del Rin siguen transportando cargas más ligeras porque el nivel del agua sigue siendo bajo. Las cadenas de suministro están gravemente alteradas: hoy no se esperan barcos portacontenedores en el puerto de Coblenza.
Para el gerente Arndt Puderbach, es un momento frustrante. "Los niveles de agua ya son un motivo de preocupación para nosotros y la situación es muy insatisfactoria porque la demanda está ahí, pero desgraciadamente no podemos ofrecer una capacidad adecuada a nuestros clientes y ofrecer el servicio que nos gustaría", destaca Puderbach.
La solución que pueden ofrecer es lo que se llama un puente terrestre: transportar mercancías y materias primas por ferrocarril o por carretera en determinados tramos de su viaje por el Rin.
Contargo también está pensando a largo plazo, encargando nuevos buques electrificados que puedan navegar por aguas menos profundas:
"Por supuesto, vamos a adaptar los buques que estamos construyendo para que, por defecto, también puedan transportar más tonelaje incluso con un nivel de agua más bajo. Ese es un elemento muy importante a la hora de que los buques se aprovechen bien cuando haya poca agua en el Rin", apunta Kristin Kahl, responsable de sostenibilidad de Contargo.
El Rin estuvo por debajo de la media a principios de este año debido a que la primavera fue cálida y seca y el agua de deshielo de los Alpes entró y salió rápidamente. Por ello, el agua en Kaub, uno de los tramos menos profundos, podría mantenerse bajo este otoño, según el científico Enno Nilson.
"También hay que recordar que estamos comenzando la temporada de mareas bajas. Ahora estamos a principios de septiembre, y la temporada de bajamar aquí suele durar hasta octubre, a veces hasta noviembre", indica el investigador principal del Instituto Federal de Hidrología de Alemania, Enno Nilson.
Hay muchos planes de adaptación en marcha: el Gobierno va a hacer más hondos los canales menos profundos, y las compañías navieras disponen ahora de sofisticadas predicciones fluviales para gestionar mejor la logística. Pero Nilson sigue expresando su preocupación por lo extrema que puede llegar a ser la situación:
"En el futuro, debido al cambio climático, esperamos que la situación de estiaje empeore si no nos dedicamos a la protección del clima. Puede expresarse en términos de intensidad, es decir, hasta qué punto podría bajar el nivel del agua, hasta qué punto podríamos tener poca carga fluvial, hasta qué punto podrían navegar los barcos. Pero también en términos de duración - es decir, cómo podríamos estar atrapados en situaciones de aguas bajas durante semanas o meses, y cómo deberíamos adaptarnos" añade Nilson.