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Arizona: la realidad de vivir en un campamento de indigentes durante el julio más caluroso jamás registrado

Dos hombres vierten hielo en un cubo en el campamento para personas sin hogar "The Zone", en Phoenix, Arizona.
Dos hombres vierten hielo en un cubo en el campamento para personas sin hogar "The Zone", en Phoenix, Arizona. Derechos de autor AP Photo
Derechos de autor AP Photo
Por Euronews Green con APTN
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Este artículo se publicó originalmente en inglés

Las personas sin hogar son algunas de las más vulnerables a la muerte durante una ola de calor. Así es vivir en un campamento en Phoenix, Arizona.

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Stefon James Dewitt Livengood llevaba días tumbado en el interior de su improvisada vivienda de Phoenix (Arizona), luchando por respirar, con náuseas y vómitos. Todos los días de este mes, las temperaturas han superado los 43,3 grados centígrados.

Livengood, de 38 años, duerme en una estructura improvisada con un armazón de madera y metal que ha reciclado, cubierta por una lona de vinilo azul.

A Livengood le tomaron la tensión clínica gratuita y le dijeron que era aceptable. Pero no recibió ninguna otra ayuda médica para su aparente agotamiento por calor, ni para la descamación de la piel de sus brazos, que cree causada por la exposición al sol.

Camina con cuidado por la ciudad de tiendas de campaña, consciente de que si se cae, el asfalto negro podría quemarle la piel. "Si vas a salir, avisa a alguien de adónde vas para que te localicen y no te desmayes", "si te caes con el calor, no quieres sufrir una quemadura de tercer grado con el suelo", advierte. 

Las altas temperaturas pueden ser mortales para lo sin techo

Las personas sin hogar se encuentran entre las que tienen más probabilidades de morir a causa del calor extremo en el área metropolitana de Phoenix.

La ciudad está viviendo la racha más larga de días consecutivos de 43,3 grados centígrados jamás registrada, con 28 seguidos hasta el jueves, a pesar de que la primera tormenta monzónica de la temporada trajo algo de alivio durante la noche.

"Ha sido una situación aterradora este año y lo es especialmente para nuestra población sin hogar", dijo el Dr. Geoff Comp, médico de urgencias de Valleywise Health en el centro de Phoenix.

"Tienen una exposición al calor más constante que la mayoría de nosotros", explica el doctor. Las personas que viven al aire libre también son vulnerables a las quemaduras superficiales por contacto con metal caliente, hormigón o asfalto.

Los cirujanos del Arizona Burn Center-Valleywise Health advirtieron recientemente sobre las quemaduras causadas por caminar, sentarse o caerse sobre superficies exteriores que alcanzan hasta 82,2 grados centígrados.

El año pasado, el centro de quemados ingresó a 85 personas con quemaduras superficiales relacionadas con el calor durante los meses de junio a agosto. Siete fallecieron.

Las temperaturas nocturnas récord se mantuvieron por encima de los 32,2 grados Celsius durante 16 días seguidos, tras descender finalmente a 31,6 grados Celsius el jueves después de que una tormenta levantara polvo, fuertes vientos y algunas precipitaciones el miércoles por la noche.

Si las temperaturas no descienden lo suficiente tras la puesta de sol, es difícil que el cuerpo de la gente se enfríe, dicen los profesionales de la salud, especialmente los que viven en estructuras endebles sin aire acondicionado ni ventiladores.

"La gente necesita mucha agua y un sistema de refrigeración para recuperarse durante la noche", explica Comp.

¿Cómo es la vida de las personas sin hogar durante una ola de calor?

El espacio interior donde vive Livengood es lo bastante grande como para ponerse de pie y caminar por él, y cuenta con un viejo sillón reclinable y una bicicleta que utiliza menos ahora que pasa más tiempo dentro con los laterales de su vivienda abiertos.

"Algunos de los amigos que he hecho aquí abajo vienen a verme si no me ven moverme", asegura. En la casa de Livengood no hay aire acondicionado, ventilador ni electricidad, sólo un pequeño trozo de plástico plano que utiliza como ventilador de mano.

La choza de Livengood se encuentra entre las 800 personas que viven en tiendas de campaña y otras viviendas improvisadas fuera del refugio temporal más grande de Arizona. Las tiendas están muy juntas sobre aceras de hormigón, y parecen aumentar el sofocante calor del campamento llamado "La Zona".

Pero la ubicación es conveniente. Las agencias cercanas proporcionan servicios sociales, alimentos y agua para salvar vidas, entre ellas la Sociedad de San Vicente de Paúl, el Club de Niños y Niñas, la YMCA y el Banco de Alimentos St.

Livengood puede desayunar y comer con grupos religiosos de la zona antes de echarse una siesta en su sillón reclinable.

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Algunos días calurosos, la agencia de transporte local Valley Metro envía un par de autobuses vacíos para que la gente pueda sentarse durante horas al aire acondicionado.

Otros días, Livengood y unos cuantos amigos caminan hasta un parque urbano cercano y se sientan en la hierba a la sombra, bajo los árboles, frente a una piscina pública.

"Es una parte fundamental de lo que mantiene a todo el mundo a salvo aquí en 'La Zona'", dice Livengood, enumerando las cosas que la gente distribuye: artículos de higiene, crema solar, bálsamo labial, sombreros y trapos para refrescarse:"Aquí se reparte mucho amor".

Livengood habla de una infancia de traumas y abandono. Nacido en Phoenix y llamado originalmente Jesse James Acosta Jr., Livengood pasó gran parte de sus primeros años en una vivienda pública en un barrio de bajos ingresos, mayoritariamente afroamericano, del sur de Phoenix.

Sus padres estuvieron en la cárcel. Su madre luchó contra la adicción, dio a luz a una hija entre rejas y más tarde cayó en la indigencia."Mi infancia ha estado llena de recuerdos de ir de un lado para otro, de no tener nunca nada estable", afirma Livengood.

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Livengood fue adoptado a los 12 años por una mujer llamada Denise que le cambió legalmente el nombre por el actual. Él y el resto de su familia adoptiva se trasladaron a Alaska, donde su madre adoptiva murió en un accidente de tráfico.

Livengood tuvo dificultades en la escuela y conoció a la madre de su hijo. Más tarde dejó atrás a la mujer y a su hijo para regresar a Phoenix, una decisión de la que se arrepiente.

Livengood dice que conoce bien los peligros del calor extremo gracias a los folletos que reparten los voluntarios con botellas de agua helada.

"Sí, aquí fuera hace mucho calor, chicos", dijo. "Manteneos hidratados, bebed mucha agua incluso cuando creáis que habéis bebido mucha agua. Y bebed más".

El 40% de las muertes relacionadas con el calor del año pasado fueron personas sin hogar

Las personas sin hogar representaron cerca del 40% de las 425 muertes asociadas al calor registradas el año pasado en el condado de Maricopa, donde se encuentra Phoenix, durante el verano más caluroso jamás registrado.

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Más de la mitad de las 425 muertes se produjeron en julio y el 80% al aire libre. El condado de Maricopa informó el miércoles de que, hasta el 22 de julio, se habían confirmado 25 muertes asociadas al calor este año, desde el 11 de abril. Otras 249 muertes siguen bajo investigación.

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