Picrolimni "desaparece", Doirani se seca, los humedales se pierden. La situación en Halkidiki, Calcídica en español, es dramática por la sequía que azota esta turística ciudad en el norte de la península griega.
El norte de Grecia se enfrenta a una grave crisis hídrica debido a una prolongada sequía, exacerbada por sucesivas olas de calor y la falta de precipitaciones en los últimos años.
Un ejemplo típico es el lago Picrolimni, que hasta hace poco era un destino popular para los baños de barro. Este verano, se ha convertido en una cuenca poco profunda con un mínimo de agua.
Un poco más al norte, la costa del lago Doirani ha retrocedido 300 metros en los últimos años. La falta de nevadas y lluvias amenaza cada vez más humedales en el norte de Grecia, provocando daños ecológicos y económicos irreparables. En Nea Silata, Halkidiki, el olivar de Dimitris Papadakis está sufriendo la sequía. Seis semanas antes de la cosecha, él y su hijo transportan agua desde un área cercana para salvar su cosecha.
El agua subterránea bajo los olivos de Papadakis está disminuyendo y volviéndose salobre, mientras que se espera que la sequía reduzca a la mitad su producción esperada.
Pero en Halkidiki no sólo los cultivos se ven afectados. Dado que la zona acoge a miles de turistas, el suministro de agua en las casas es cada vez más problemático.
Según la Agencia de Gestión de Emergencias de la Unión Europea, actualmente prevalecen condiciones de sequía severa alrededor del Mar Negro y se extienden hacia el oeste hasta el norte de Grecia. Los expertos recomiendan actuar de inmediato.
"En primer lugar, queremos la conservación y el uso eficiente del agua, evitando el desperdicio en las redes de transporte y otros lugares. En segundo lugar, necesitamos almacenar agua en pequeñas presas, embalses y embalses. En tercer lugar, necesitamos reutilizar las aguas residuales tratadas con plantas de tratamiento biológico", señala Konstantinos S. Voudouris, catedrático de Hidrogeología de la AUTH.