La producción de aceite de oliva este año será un 80% menor que el año pasado. La escasez de agua ligada a las temperaturas extremas ha comprometido la agricultura en toda Italia.
El calor extremo y la sequía tienen consecuencias dramáticas para la agricultura. En Italia, las altas temperaturas de este verano y la relativa escasez de lluvias y agua disponible tendrán efectos en la producción de uno de los ingredientes más queridos y utilizados en la cocina italiana: el aceite de oliva.
Por sí sola, Puglia es responsable de alrededor del 50% de la producción nacional de aceite de oliva, pero la región ha estado entre las más castigadas por las altas temperaturas que han tenido graves repercusiones en los cultivos locales. La cosecha del próximo noviembre promete ser menor que la del año pasado.
"Desde hace un par de años somos víctimas de la escasez de agua", afirma Pietro Leone, que dirige una empresa agrícola con unas 100 hectáreas de terreno cultivadas con olivares en la provincia de Foggia.
"Este año también tuvimos algunos días terribles que afectaron la floración. Este año tendremos un 80% menos de producción".
En la provincia de Foggia, la presa de Capaccio suministra agua a toda la zona para uso industrial, riego y doméstico. Se alimenta de un arroyo que lleva agua de lluvia al embalse, pero la presa actualmente no alcanza su capacidad total y está prácticamente vacía con solo 2,5 millones de metros cúbicos de agua frente a su máximo de 17 millones. El bajo volumen de agua que queda es un remanente del invierno pasado. En la provincia de Foggia hay otras tres cuencas, todas medio llenas.
"En lugar de 300 millones de metros cúbicos disponibles en los cuatro embalses, este año solo tuvimos la mitad", señala Giuseppe De Filippo, de la Asociación Nacional de Recuperación de Puglia. "Hicimos media temporada de riego en el distrito de riego, pero tuvimos que parar para conservar nueve meses de autonomía para agua potable", concluye.
Los bajos niveles de agua de los embalses artificiales podrían ser una ventaja para las vacas pastando, pero resultan muy peligrosos para el cultivo del olivo. Aunque estas plantas necesitan menos agua que otros cultivos, las temperaturas superiores a los 40°C durante 50 días consecutivos ponen en riesgo la maduración de las aceitunas, con dramáticas repercusiones en la producción de aceite.