Los autores afirman que ya se están produciendo algunos puntos de inflexión positivos en la energía y el transporte, inclinando la balanza hacia un futuro sostenible.
Un grupo de investigadores internacionales ha desarrollado un nuevo método para identificar los llamados puntos de inflexión positivos, en los que pequeños cambios de comportamiento, tecnología o política podrían desencadenar un progreso climático arrollador y autosostenido.
El método que proponen, publicado en 'Sustainability Science', pretende señalar dónde pueden surgir estos momentos, lo cerca que estamos de alcanzarlos y qué medidas podríamos tomar para impulsar el cambio.
Afirman que hacer mensurables estos puntos de inflexión podría ayudar a acelerar la transición mundial para abandonar los sistemas intensivos en carbono, antes de que sea demasiado tarde.
Tim Lenton, coautor del Global Systems Institute de la Universidad de Exeter, que lleva estudiando el cambio climático y los puntos de inflexión desde la década de 1990, afirma en un comunicado: "La economía mundial se está descarbonizando al menos cinco veces más despacio para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global muy por debajo de los 2°C".
"El reto consiste ahora en identificar los posibles puntos de inflexión positivos y las medidas que pueden propiciarlos, evitando al mismo tiempo las ilusiones sobre su existencia o la simplificación excesiva de su naturaleza, impulsores e impactos".
¿Qué es un punto de inflexión positivo?
Los puntos de inflexión marcan umbrales en los que una pequeña intervención puede desencadenar un cambio a gran escala, a menudo irreversible. Es cuando el cambio se autopropulsa dentro de un sistema, haciendo que pase de un estado a otro.
Los climatólogos llevan mucho tiempo advirtiendo sobre los puntos de inflexión negativos -como el deshielo de los glaciares y el deshielo del permafrost, por ejemplo- que empujan al planeta hacia el desastre. Pero este estudio desplaza el foco hacia posibles momentos clave para la acción climática.
"Los puntos de inflexión positivos en las sociedades humanas y las economías pueden desencadenar rápidas reducciones de las emisiones y otros daños ambientales", escriben los autores.
Determinar dónde empiezan esos puntos de inflexión podría ser clave para diseñar mejores políticas e identificar los momentos en que pequeños cambios desencadenan cambios mayores".
Su metodología examina dónde se han "inclinado" sistemas similares en el pasado, cuándo el cambio se hizo autosostenible y qué factores pueden acelerar o retrasar ese proceso.
Los autores también distinguen entre la inclinación hacia alternativas ecológicas y el abandono de los combustibles fósiles y las actividades intensivas en carbono, argumentando que ambos son esenciales para lograr reducciones duraderas de las emisiones.
Los autores señalan la prohibición de fumar, impensable en otro tiempo, como modelo de lo rápido que pueden cambiar las actitudes. Francia, el Reino Unido y Milán, la capital industrial de Italia, ya han prohibido fumar en muchos espacios públicos al aire libre.
¿Dónde están apareciendo ya los puntos de inflexión?
Aunque suene idealista, muchos otros cambios de este tipo podrían estar ya en marcha. Según dos informes recientes de la ONU, el cambio mundial hacia las energías renovables ha superado ya un "punto de inflexión positivo" en el que la energía solar y eólica seguirán abaratándose y generalizándose. Más del 90% de los nuevos proyectos de energías renovables son ahora más baratos que los combustibles fósiles.
A medida que los vehículos eléctricos se han ido abaratando y se han hecho más fáciles de adoptar, más gente ha empezado a conducirlos también. El año pasado, la Autoridad Internacional de la Energía (AIE) informó de que los vehículos eléctricos deberían representar el 50% de las ventas mundiales de automóviles en 2030, como parte de un cambio más amplio hacia las energías renovables y las opciones ecológicas en todo el mundo.
La adopción de vehículos eléctricos está creciendo rápidamente en Europa, lo que contribuye a reducir las emisiones, que siguen siendo elevadas. Aunque el transporte sigue siendo el sector más contaminante de Europa, los analistas afirman que el continente va camino de ahorrar 20 millones de toneladas de dióxido de carbono este año sólo gracias a los vehículos eléctricos.
"Sabemos que en sectores como la energía y el transporte por carretera puede producirse una inflexión positiva, y creemos que el Reino Unido está cerca de un punto de inflexión en la adopción de bombas de calor", afirma el coautor Steve Smith, también del Global Systems Institute de Exeter.
A medida que más gente adopta las bombas de calor, los paneles solares o los vehículos eléctricos, su rendimiento mejora, los precios bajan y la infraestructura se amplía, todo lo cual refuerza su adopción y acelera la transición". "Otras transformaciones, como el abandono del consumo de carne, también podrían ser más probables de lo que parecen", añade.
Convertir la teoría en impulso
Los autores del estudio han puesto su metodología a disposición de todo el mundo para que la utilice como base, la perfeccione o la ponga en práctica. Esperan que así los investigadores y responsables políticos puedan identificar y activar más rápidamente estos circuitos de retroalimentación positiva.
Frank Geels, coautor del estudio y profesor de la Universidad de Manchester, afirma que el método podría ayudar a centrar los esfuerzos climáticos en los momentos más importantes.
"Estos (puntos de inflexión positivos) ofrecen antídotos cruciales contra el pesimismo que parece impregnar los debates sobre la mitigación del cambio climático en la política y los medios de comunicación".