'The Herds', un proyecto artístico sobre el cambio climático de The Walk Productions, ha completado su viaje de 20.000 km desde la selva tropical del Congo hasta el Círculo Polar Ártico de Noruega.
En abril, una manada de enormes marionetas de tamaño natural -desde elefantes y jirafas hasta antílopes y leones- partió de Kinshasa, en la selva tropical del Congo, en un ambicioso viaje que les llevaría a cruzar dos continentes y 20.000 km.
Su migración, ficticia pero impregnada de realidad, estaba diseñada para reflejar la huida de animales y personas que escapan de los crecientes efectos del desastre climático y para llevar la crisis climática a los espacios públicos de una forma emocionalmente visceral, no abstracta.
A medida que avanzaban hacia el norte, a través de África y Europa, la troupe itinerante "adoptaba" nuevos miembros -animales autóctonos de los países por los que pasaban-, cada uno de ellos construido con materiales reciclados, como cartón y madera contrachapada.
A lo largo del viaje, 1.000 personas recibieron formación como titiriteros y dieron vida a las criaturas en 56 actos públicos celebrados en 11 países. La manada ha llegado por fin al final de su larga migración: escalar el glaciar Jostedalsbreen de Noruega, el mayor de Europa continental, antes de dirigirse a Nordkapp, en el Círculo Polar Ártico, para saludar la salida del sol el 1 de agosto.
El proyecto fue creado por The Walk Productions, el equipo responsable de 'Little Amal', la marioneta de una niña refugiada de 4,5 metros que viajó por 15 países en 2021 para concienciar sobre la crisis mundial de los refugiados.
Cuando se anunció por primera vez 'The Herds', el productor David Lan explicó la ambición de abordar el cambio climático a través de la emoción y no de los datos. "A través del teatro podemos abordar los grandes temas de actualidad", declaró a 'Euronews Culture'.
"Buscamos sobre todo una forma de expresar este acontecimiento central en nuestras vidas, el cambio climático, no en términos científicos. Lo que creemos que podemos hacer es permitir que la gente se comprometa emocionalmente con lo que ya está ocurriendo en todas partes".
El director artístico Amir Nizar Zuabi, que también trabajó en 'The Walk,' compartió que el poder del proyecto residía en su intento, no en su impacto garantizado. "No sé si lo que añadimos a la conversación cambiará el mundo", dijo. "Lo más probable es que no. No importa. Merece la pena intentarlo. Pero la idea es crear un proyecto que aborde el cambio climático desde una postura emocional, desde una experiencia sensorial y no desde: 'Esta es la ciencia'".