Las ciudades europeas deben ampliar sus espacios verdes para cumplir con los objetivos de la Ley de restauración de la naturaleza de la UE. Pero, sin orientación ni mantenimiento, si se plantan las plantas equivocadas podría haber más problemas.
Edificios rodeados de plantas, jardines en azoteas y calles arboladas: estas vistas se consideran señales de una ciudad verde y saludable.
La vegetación enfría el aire, proporciona sombra, mejora la calidad del aire al almacenar carbono y contaminantes en su biomasa y, bajo la tierra, las raíces de los árboles actúan como esponjas cuando llueve, reduciendo así el riesgo de inundaciones.
Un estudio llevado a cabo en 2024, además, muestra que los árboles urbanos pueden reducir el estrés térmico humano cuando las temperaturas diurnas alcanzan su punto máximo y mejorar el bienestar mental.
No obstante, en ciertas situaciones, la vegetación equivocada en el lugar equivocado podría tener exactamente el efecto contrario en las ciudades.
Por ejemplo, en algunas calles, los árboles pueden atrapar aire debajo de sus densas cubiertas, reducir el movimiento del viento y acercar los contaminantes al suelo. Lo mismo ocurre con el calor, uno de los principales riesgos ambientales para la salud de los habitantes de las ciudades.
Esta paradoja destaca la importancia del desafío que afrontan los planificadores urbanos: aumentar la vegetación urbana sin causar nuevos problemas.
Aunque la Organización Mundial de la Salud recomienda que todas las personas vivan a menos de 300 metros de un parque o zona verde, poco menos de la mitad de los residentes urbanos lo hacen en Europa.
Pero las ciudades europeas sienten una presión urgente por adaptarse.
La Ley de restauración de la naturaleza de la Unión Europea ha establecido objetivos jurídicamente vinculantes para la vegetación urbana.
De aquí a 2030, todos los países deberán asegurarse de que sus ciudades no pierdan espacios verdes ni cobertura arbórea en comparación con 2024. Después de eso, debe haber un aumento constante en el área total hasta alcanzar un nivel satisfactorio.
Aun así, los expertos advierten de que el éxito no debe medirse por cuántos árboles se planten, sino por cuáles y dónde se planten exactamente.
La vegetación urbana adecuada depende mucho de la ubicación
"La selección de árboles debería ser específica en cada lugar", explica Henrik Sjöman, investigador de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas y conservador científico del Jardín Botánico de Gotemburgo, a 'Euronews'.
"Hay que invertir en árboles que funcionen bien y que puedan soportar las condiciones de ese sitio en particular, ahora y en el futuro", continúa. "En ciertas regiones de Europa no se puede confiar solamente en especies autóctonas. Por tanto, hay que añadir especies no autóctonas que puedan soportar dichas condiciones".
Sin embargo, en calles estrechas y con mucho tráfico, los urbanistas deberían mirar más allá de los parques y los árboles, según explica Jenny Lindén, investigadora del Instituto Sueco de Investigación Ambiental:
"En las ciudades, solo hay unos pocos lugares en los que realmente haya espacio para árboles. En las calles estrechas con mucho tráfico, unas paredes verdes, unos parterres o unos arbustos pueden actuar mucho mejor que un árbol. Las paredes verdes también refrescan los edificios y reducen la energía necesaria para el aire acondicionado. Aunque no tienen los mismos beneficios que los árboles, sí que eliminan contaminantes del aire".
Pero estas soluciones también conllevan riesgos para la salud, avisa Loïc Gillerot, experto en salud climática del Centro Belga de Evaluación de Riesgos Climáticos.
"Los riesgos más importantes son las enfermedades transmitidas por vectores, como las garrapatas y la enfermedad de Lyme, y la creación de hábitats adecuados para los mosquitos. No obstante, aunque esto sea algo que se debe tener en cuenta, desde una perspectiva de salud pública, los riesgos quedan completamente eclipsados por los beneficios de las soluciones basadas en la naturaleza".
El investigador Sjöman tiene una cosa clara: si Europa no invierte ya en zonas verdes urbanas, "las ciudades se volverán menos habitables".
Vea el vídeo para descubrirlo.