Las pequeñas comunidades del Círculo Polar Ártico europeo, como el archipiélago Træna de Noruega, están perdiendo residentes más rápido que su tasa de natalidad.
La profesora de investigación Maiken Bjørkan, del Instituto de Investigación Nordland y su equipo, lleva años estudiando el problema de la despoblación rural en las comunidades árticas.
A través del proyecto europeo 'EmpowerUS', su equipo ha trabajado directamente con diversas localidades para encontrar soluciones que realmente se ajusten a sus propios desafíos. Bjørkan señala la desconexión entre las políticas nacionales y la realidad: "A veces parece como si las soluciones se hicieran para contextos diferentes, como grandes ciudades o regiones menos periféricas", explica.
Incluso los programas bien intencionados a menudo se quedan cortos cuando se aplican a las comunidades del Ártico. "Todos los programas nacionales o planes internacionales -como los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por ejemplo-, se enfocan desde una perspectiva local; la forma en que se aplican realmente no funciona".
EmpowerUS representa un enfoque distinto: escuchar primero a las comunidades y después construir soluciones basadas en sus necesidades reales, en lugar de forzarlas a adaptarse a políticas diseñadas en otros lugares.
El transporte surge como un problema crucial. Los barcos a menudo se cancelan debido al mal tiempo o a problemas operativos. "Si no puedes acudir a tu cita médica, visitar a tu familia a otro lugar o estar conectado con el continente, entonces estás aislado y no puedes quedarte aquí", afirma Bjørkan.
La falta de colegios también es un problema que impulsa al éxodo. "Cuando no hay centros educativos, no habrá nuevas familias que se muden aquí. Este lugar no se percibe como viable para vivir". A pesar de estos desafíos, Bjørkan asegura que la mayoría de los habitantes realmente quieren quedarse. "Quieren vivir aquí. Este es su lugar, y están viviendo la mejor vida posible".