La contaminación del aire sigue siendo una de las amenazas ambientales más mortales en Europa, pese a los avances registrados en los últimos años.
La contaminación del aire se ha vinculado a miles de muertes evitables en la Unión Europea, pese a una "mejora significativa" de la calidad del aire.
Un nuevo informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) concluye que entre 2005 y 2023 las muertes prematuras atribuibles a las partículas finas se redujeron un 57%.
Aun así, los niveles inseguros de contaminación del aire causaron la asombrosa cifra de 182.000 muertes en 2023.
A pesar de ello, el 95% de los europeos que viven en ciudades está expuesto a niveles de contaminación del aire "considerablemente" por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según la AEMA, la contaminación del aire sigue siendo el principal riesgo ambiental para los europeos, por encima de factores como la exposición al ruido y a sustancias químicas o el riesgo de olas de calor relacionadas con el clima.
¿Qué son las partículas en suspensión?
Conocidas a menudo como PM2,5, partículas en suspensión son diminutas partículas en el aire con un diámetro de 2,5 micrómetros o menos.
Si se inhalan, pueden causar o agravar problemas de salud como el asma, la cardiopatía isquémica y el cáncer de pulmón. Nuevas evidencias señalan que niveles elevados de PM2,5 también pueden causar demencia.
Las PM2,5 proceden principalmente de fuentes humanas como emisiones de vehículos, la quema de combustibles sólidos, los ambientadores y procesos industriales como las emisiones de la fabricación. También pueden proceder de "fuentes naturales" como incendios forestales, cada vez más probables por el cambio climático.
¿Qué país de la UE fue el más afectado por la contaminación del aire?
Según la evaluación de impacto sanitario de la calidad del aire, Italia sufrió la mayor pérdida en 2023, con 43.083 muertes atribuidas a altas concentraciones de PM2,5.
Esto equivale a 100,6 muertes atribuibles por cada 100.000 habitantes en riesgo. También supone 407.949 años de vida perdidos (YLL), una medida de salud que se define como el número medio de años adicionales que la población podría haber vivido estadísticamente si no hubiera fallecido a causa de una enfermedad o de un conjunto de enfermedades.
Polonia le siguió con 25.268 muertes atribuibles, mientras que Alemania ocupó el tercer lugar con 21.640 muertes atribuibles.
No obstante, los mayores impactos relativos (YLL por cada 100.000 habitantes de 30 años en adelante) se observaron en países del sureste de Europa como Macedonia del Norte, Bosnia y Herzegovina y Albania.
Por el contrario, Islandia no registró ninguna muerte por contaminación del aire, mientras que el informe solo atribuyó 34 muertes a la exposición prolongada a PM2,5 en Finlandia.
Los menores impactos relativos de la contaminación del aire se dieron en países del norte y noroeste de Europa, entre ellos Suecia, Estonia y Noruega.
Las nuevas normas de calidad del aire de la UE
El informe de la AEMA subraya la urgencia de reducir la contaminación del aire, tal y como recoge la Directiva sobre la calidad del aire ambiente revisada, que entró en vigor el 10 de diciembre de 2024.
La norma reduce a más de la mitad el valor límite anual permitido para las PM2,5, acercando los estándares de calidad del aire de la UE para 2030 a las recomendaciones de la OMS. También ayuda a las autoridades locales a reforzar la vigilancia y la modelización de la calidad del aire, y a mejorar sus planes de calidad del aire.
"Cada año, el aire contaminado provoca alrededor de 250.000 muertes prematuras y cuesta a la economía de la UE hasta 850.000 millones de euros", afirmó el año pasado la comisaria de Medio Ambiente, Resiliencia Hídrica y Economía Circular Competitiva, Jessika Roswall.
"Las nuevas normas de calidad del aire mejorarán la calidad de vida de millones de europeos y protegerán aún más nuestra biodiversidad y nuestros ecosistemas, al tiempo que impulsarán la economía."
Roswall añadió que la nueva directiva supone un "hito significativo" para convertir la contaminación en "algo del pasado".