El Gobierno de Noruega, recién elegido, ha aplazado la concesión de licencias para la minería en aguas profundas en el Ártico.
Noruega ha aplazado los controvertidos planes de minería en aguas profundas, un retraso que, según los ecologistas, debe ser "el golpe de gracia" para el sector.
Ayer, tres de diciembre, el Gobierno laborista del país confirmó que no expedirá licencias para la minería en aguas profundas durante la actual legislatura, que no termina hasta 2029.
El acuerdo llega tras intensas negociaciones entre los laboristas, el Partido de la Izquierda Socialista, el Partido Verde, el Partido Rojo y el Partido del Centro. Aunque los laboristas encabezan el Gobierno, no cuentan con mayoría propia y necesitaban el apoyo de otras fuerzas para sacar adelante su Presupuesto del Estado de 2026.
La apuesta de Noruega por la minería en aguas profundas
El año pasado, Noruega se convirtió en el primer país del mundo en dar luz verde a la minería en aguas profundas para acelerar la búsqueda submarina de minerales utilizados en tecnologías limpias como las baterías para vehículos eléctricos.
La ley implica que en torno a 280.000 metros cuadrados de las aguas nacionales, situadas entre Svalbard, Groenlandia e Islandia, podrían abrirse eventualmente para recoger del fondo marino rocas conocidas como nódulos que contienen minerales como cobalto y zinc. Estaba previsto empezar a conceder licencias en 2025.
Pese a quienes sostienen que esta actividad puede realizarse de forma sostenible, los expertos advierten de que podría causar daños irreversibles a la biodiversidad y los ecosistemas y poner en riesgo el carbono almacenado en el océano.
Noruega sostiene desde hace años que acceder a los minerales del fondo marino podría ayudar al país a alejarse de la industria del petróleo y el gas, y propiciar una "transición verde" en forma de pilas de combustible, paneles solares, vehículos eléctricosy teléfonos móviles.
Sin embargo, un informe publicado el año pasado por la Environmental Justice Foundation concluyó que la minería en aguas profundas no es necesaria para la transición hacia una energía limpia. Prevé que una combinación de nuevas tecnologías, economía circular y reciclaje podría reducir la demanda de minerales un 58 por ciento entre 2022 y 2050.
El director ejecutivo y fundador de la organización, Steve Trent, sostiene que la minería en aguas profundas persigue minerales que en realidad no necesitamos y entraña daños ambientales "que no podemos permitirnos".
"Sabemos muy poco del océano profundo, pero lo suficiente para estar seguros de que explotarlo acabará con fauna única, alterará la mayor reserva de carbono del planeta y no acelerará la transición hacia economías limpias", añade.
¿Es este el golpe de gracia para la industria noruega de la minería en aguas profundas?
La decisión de Noruega de aplazar la minería en aguas profundas ha sido aplaudida por numerosas organizaciones ecologistas y ha dado pie a reclamar que el país apoye una moratoria mundial sobre esta práctica.
"Esto debe ser el golpe de gracia para la industria de la minería en aguas profundas en Noruega", afirma Haldis Tjeldflaat Helle, de Greenpeace Nordic.
"Ningún gobierno comprometido con una gestión sostenible de los océanos puede apoyar la minería en aguas profundas."
Helle también ha instado a Noruega a "dar un paso al frente y convertirse en un verdadero líder oceánico" presentando una propuesta para proteger las aguas profundas del Ártico.
Sin embargo, el primer ministro Jonas Gahr Støre dice a los periodistas que la medida debe entenderse como un aplazamiento y no como una prohibición permanente.
Añade que el Partido de la Izquierda Socialista, que ayer bloqueó los acuerdos presupuestarios, no "ostenta el poder para siempre", pero confirma que la minería del lecho marino no tendrá lugar durante el actual periodo parlamentario.