Los países europeos y Estados Unidos están intensificando sus esfuerzos para reducir su dependencia de China en estos recursos. Los groenlandeses quieren explotar los recursos, pero han promulgado normas estrictas para proteger el medio ambiente.
Groenlandia alberga algunos de los mayores yacimientos de tierras raras sin explotar del mundo. Son elementos importantes para la fabricación de vehículos eléctricos, potentes imanes, aviones de combate avanzados, submarinos, teléfonos inteligentes, pantallas de televisión y muchos otros productos.
El dominio de China sobre minerales críticos en las cadenas de suministro mundiales se convirtió en una poderosa moneda de cambio en las recientes conversaciones comerciales entre Pekín y Washington.
El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, anunció la semana pasada que ambos países habían llegado a un acuerdo para facilitar el proceso de envío de tierras raras a Estados Unidos. Por ello, los yacimientos de Groenlandia se contemplan como una alternativa que podría reducir el dominio chino.
Eldur Olafsson, consejero delegado de Amaroq Minerals Ltd., la mayor minera de Groenlandia, afirma que la empresa ha obtenido recientemente cerca de 52 millones de euros de inversores europeos y estadounidenses, y está en conversaciones con algunos organismos estatales de la UE y Estados Unidos.
"Cuando operas en Groenlandia, es importante buscar inversores, porque geopolíticamente también es importante contar con el apoyo de Europa, Dinamarca, Islandia, los nórdicos, me gusta decir, y Estados Unidos", afirma Olafsson, cuya empresa explota una mina de oro recién inaugurada en el sur de Groenlandia.
Abierto a los negocios, pero no a la especulación
El presidente Donald Trump ha reiterado su interés por hacerse con el control de la isla ártica, rica en minerales y situada estratégicamente entre Europa y América. El primer ministro groenlandés, Jens-Frederik Nielsen, elegido a principios de año, dijo que las declaraciones estadounidenses sobre la isla han sido irrespetuosas y que Groenlandia "nunca será una propiedad que pueda comprar cualquiera".
Pero Groenlandia mira hacia las inversiones de la UE y EE.UU. con la esperanza de que en la próxima década haya más minas. Naaja Nathanielsen, ministra groenlandesa de Empresa y Recursos Minerales, afirma que Groenlandia ha visto cómo el Banco de Exportación e Importación (EXIM) de EE.UU. y los países de la UE se interesaban por sus proyectos mineros.
"Para nosotros ha sido un problema el proteccionismo con el dominio chino para entrar realmente en los mercados", dice Nathanielsen. "Hemos intentado insistir en la importancia de construir cadenas de suministro que procedan de países afines, de democracias estables como Groenlandia, e intentar diversificar esas cadenas de suministro".
Minerales estratégicos bajo el hielo
Desde hablar de adquirir Groenlandia y su vasta riqueza mineral, hasta conversar con Ucrania en busca de minerales a cambio de ayuda para defenderse de la invasión rusa, Trump ha hecho de las materias primas de la vida moderna un pilar de su política exterior.
Gracelin Baskaran, directora del programa de seguridad de minerales críticos del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), afirma que se ha producido un "creciente armamentismo de minerales críticos" por parte de China en una carrera global por asegurarse nuevos yacimientos.
"Cuando las empresas mineras entran a decidir, lo primero que miran son los aspectos económicos del proyecto. Y uno de los factores que complican las cosas en Groenlandia es que el 80% de su superficie está bajo el hielo, lo que significa que el coste de excavar y acceder a los recursos puede ser mayor que en otros lugares", explica Baskaran.
Los groenlandeses quieren explotar los recursos, pero han promulgado normas estrictas para proteger el medio ambiente. También hay dudas sobre la viabilidad de extraer la riqueza mineral de Groenlandia debido al duro clima de la región.