Google alega que su actuación no va en contra de la legislación de la Unión Europea.
La Comisión Europea ha acusado a Google de abuso de posición dominante por sus servicios de Android en teléfonos móviles y tabletas. Estos dispositivos tienen su buscador y su navegador instalados de forma predeterminada, impidiendo que los consumidores puedan elegir otras opciones. Según la comisaria europea de competencia, Margrethe Vestager, Google aprovecha esta ventaja para imponer sus reglas a los fabricantes y operadores de redes móviles. La investigación se abrió hace un año: “A veces quizá compramos productos un poco más baratos donde encontramos Android. Si Google dice que si usted tiene Android, también tendría que tener la tienda oficial de aplicaciones porque es necesario para empezar y descargarse las aplicaciones que uno quiera. Pero luego también tendría que tener el buscador de Google y el navegador Google Chrome. Y eso complica aún más las cosas a la hora de buscar otro motor de búsqueda, otro navegador. Por lo tanto vemos que hay menos innovación y menos opciones para los consumidores”.
Vemos que hay menos innovación y menos opciones para los consumidores
Google alega que su actuación no va en contra de la legislación de la Unión Europea. En caso de sanción la compañía podría enfrentarse a una multa del 10% de su facturación, que supondría unos 6.500 millones de euros.