A pesar de sus coqueteos como miembro asociado de la Comunidad Económica Europea y su posterior adhesión a la unión aduanera, el matrimonio entre los 28 y Turquía nunca se ha…
A pesar de sus coqueteos como miembro asociado de la Comunidad Económica Europea y su posterior adhesión a la unión aduanera, el matrimonio entre los 28 y Turquía nunca se ha consumado.
El europarlamentario Alexander Graf Lambsdorff cree que estamos en un punto de inflexión: “Bajo la ley Turquía sigue siendo un candidato, de facto no lo es. Nadie cree en Bruselas o en Ankara que Turquía se vaya a incorporar a la Unión Europea. Y por eso decimos que es mejor comenzar de nuevo y fundar una nueva relación.”
La cuestión sobre la mesa versa también sobre la sinceridad de Europa y sus ciudadanos ante la adhesión de Ankara y la posibilidad real de incluirla en el club comunitario.
“Nadie en Europa, o por lo menos muy pocas personas, tenían la intención real, el compromiso honesto con la adhesión de Turquía. Francia ha tenido siempre grandes mayorías en contra, en Alemania el 80% de la gente se opone y con Luxemburgo y Austria ocurre lo mismo. No hay apoyo democrático para la adhesión de Turquía. Y nosotros, como europeos, también hemos sido deshonestos con nuestros amigos turcos diciéndoles que pueden unirse eventualmente. Al final todo el mundo sabía que no había mayoría para algo así”, explica Graf Lambsdorff.
A pesar de que el Parlamento Europeo ha optado por congelar temporalmente el proceso de adhesión, la Comisión y los estados miembros no han querido plantear abiertamente la cuestión. Según el europarlamentario alemán, “los Estados miembros son demasiado tímidos pero a la larga no son racionales al pensar que las cosas se pueden mantener como están. El mundo que nos rodea está cambiando rápidamente y es hora de que los estados miembros también cambien su posición”
¿Y Turquía?. Durante la campaña del referéndum del 16 de abril el presidente Erdogan ha mostrado su diposición a una nueva consulta popular sobre las conversaciones de adhesión.
Graf Lambsdorff recuerda que Turquía ha encarcelado a más periodistas que China o Irán y que las detenciones de personas supuestamente relacionadas con el intento de golpe alcanzan las 47.000 en los últimos meses. “Todo esto no es compatible con nuestros estándares del estado de derecho, por lo tanto Turquía ya ha renunciado a mirar hacia Europa, por sus normas, sus valores y sus políticas”, concluye.