Los cinco años de Jean-Claude Juncker al frente de la Comisión Europea han dejado un reguero de anécdotas, luces y sombras sobre la figura del político luxemburgués.
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Hablar, hablar, y hablar
Jean-Claude Juncker no ha parado de hablar en los cinco años que ha pasado al frente de la Comisión Europea.
"El Reino Unido siempre será un socio y un vecino muy cercano", decía Juncker hace un año en Estrasburgo al hablar del Brexit, una de las espinas que quedarán grabadas en el corazón de este político luxemburgués, azote de quienes quieren romper el proyecto europeo porque "los únicos que saldrán reforzados serán los populistas y nacionalistas" advertía Juncker, capaz de confesar secretos como sus noches en vela por culpa de la entonces primera ministra británica,Theresa May, durante las negociaciones para la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
Como dice el refrán español "noches alegres, mañañitas tristes", tan tristes que Juncker apareció un día en una rueda de prensa con una tirita para tapar un corte del afeitado en su mejilla. Genio y figura Jean-Claude Juncker no tuvo reparo alguno en llamar "dictador" al primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
Cinco años plagados de anécdotas, sombras y luces.
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