El gobierno belga esquiva la controversia sobre las aplicaciones móviles de rastreo y opta por un sistema más artesanal para facilitar el desconfinamiento
PUBLICIDADRastrear a las personas infectadas por el coronavirus. Esta es la opción que cada vez más países están contemplando para garantizar un desconfinamiento seguro.
En Bélgica van a contratar a 2.000 personas que trabajarán desde un centro de atención telefónica. Su misión será identificar a los infectados potenciales.
"Cada vez que se identifique a un nuevo infectado, se pondrán en contacto con él para pregutarle con quién ha estado durante los últimos 14 días. Después llamarán a estas personas para informarles de que han estado en contacto con alguien que ha dado positivo por Covid-19 y darle una lista de recomendaciones.", explica Gilles Vanden Burre, diputado federal belga del partido Ecolo. "Pero nunca se dará el nombre de la persona infectada".
La privacidad está pues garantizada. Los investigadores ni tan siquiera informarán sobre el lugar o el momento en que la contaminación podría haber sucedido.
Esta medida se enmarca en una estrategia mas amplia. "En esta etapa, cuyo objetivo es relajar poco a poco el confinamiento, reabrir los negocios, facilitar el encuentro con nuestras familias, con nuestros amigos, en pequeños grupos, es esencial poder rastrear en detalle la evolución de la enfermedad", indica Vanden Burre. "Porque de lo contrario existe el riesgo de tener un nuevo pico dentro de unos pocos meses. Lo que obligaría a tomar nuevas medidas de contención, y eso es algo que nadie quiere."
Este sistema ya se había utilizado para otras enfermedades, lo que implica que ya existe el marco legislativo necesario. El gobierno belga se interroga ahora sobre la conveniencia de dar un paso más y rastrear los teléfonos móviles. Una medida mucho más controvertida.