El mercado neerlandés que marca los precios del gas europeos

La TTF marca los precios en toda Europa.
La TTF marca los precios en toda Europa. Derechos de autor Otto Kitsinger/AP
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Por Jorge Liboreiro
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La TTF ha visto como sus precios aumentaban de forma desorbitada en el último año, en parte por la especulación.

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Mientras los precios del gas siguen batiendo récords históricos en toda Europa, todas las miradas se dirigen la TTF, la principal referencia del continente. La TTF se refiere a la Facilidad de Transferencia de Títulos, un mercado virtual con sede en los Países Bajos en el que se compra y vende gas.

El centro reúne a productores nacionales e internacionales, empresas de almacenamiento, distribuidores y operadores de redes de la industria del gas y etá abierto de lunes a viernes, de 08:00 a 18:00. Creada en 2003, la TTF cobró importancia a medida que se liberalizaba el sector energético y hoy se considera el punto de referencia para seguir y comprender el mercado del gas en Europa.

Los volúmenes negociados en la plataforma han crecido exponencialmente en las dos últimas décadas, representando más de 14 veces la cantidad de gas utilizada por los Países Bajos para fines domésticos.

El auge del gas natural licuado (GNL) ha contribuido a que el TTF sustituya al Punto Nacional de Equilibrio (NBD) del Reino Unido como referencia del gas en el continente. Como en cualquier otro mercado libre, los precios en el hub holandés vienen determinados por las reglas económicas fundamentales de la oferta y la demanda.Los productos se facturan en euros por megavatio-hora.

La especulación alimenta los precios

La TTF ofrece dos opciones principales a los comerciantes: pueden llegar a acuerdos al contado, destinados a la entrega y consumo inmediatos de gas, o firmar los llamados contratos de futuros.

En un contrato de futuros, el vendedor y el comprador acuerdan un precio en el mismo momento en que se realiza el trato, pero la entrega y el pago tienen lugar en una fase posterior (por ejemplo, el mes siguiente). El acuerdo obliga al cargador a entregar los suministros y ofrece mayor seguridad a empresas y gobiernos.

Sin embargo, los contratos de futuros están expuestos a la especulación del mercado.

Por regla general, los agentes del mercado tienden a asumir el peor de los escenarios en sus negociaciones para estar preparados para un resultado negativo. En medio de la guerra de Ucrania, la especulación sobre un inminente corte de los flujos de gas ruso se ha disparado, lo que ha llevado a batir récords de precios en la TTF. La semana pasada, los futuros cerraron a 339 euros por megavatio-hora, una cifra estratosférica comparada con los 27 euros registrados hace un año.

Los últimos anuncios de Gazprom, el gigante energético controlado por el Estado ruso, no han hecho más que alimentar los temores de los comerciantes, que ven cómo los flujos de gas ruso disminuyen a un ritmo peligroso.

Mientras tanto, los países de la UE se apresuran a llenar sus instalaciones de almacenamiento de gas de cara al invierno. Actualmente se encuentran a cerca de un 80% de su capacidad. La fiebre de compras ha aumentado la demanda e inevitablemente ha hecho subir los precios, ya que los agentes del mercado se dan cuenta de que los gobiernos están dispuestos a pagar la costosa factura para salvar la temporada invernal.

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