Reducir los beneficios de las energéticas y tope al gas ruso: Bruselas desvela su plan energético

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Derechos de autor Virginia Mayo/Copyright 2022 The Associated Press. All rights reserved
Por Aida Sanchez AlonsoJorge Liboreiro
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La presidenta de la Comisión Europea ha presentado su propuesta para tratar de reducir los "astronómicos" precios de la electricidad.

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Ursula von der Leyen ha presentado este miércoles sus propuestas  para hacer frente a la creciente crisis energética de la UE y frenar el aumento de las facturas que está ahogando económicamente a los hogares y las empresas europeas.

La presidenta de la Comisión Europea ha puesto sobre la mesa un plan de reducción del consumo de electricidad en toda la UE, un tope de precios para el exceso de ingresos de las renovables y la energía nuclear, un mecanismo de solidaridad para captar los beneficios "masivos" e "inesperados" de las empresas de combustibles fósiles, y un programa de ayudas estatales para inyectar liquidez adicional a las empresas de servicios públicos en dificultades.

"La manipulación de los mercados del gas tiene un efecto indirecto en el mercado de la electricidad", ha dicho von der Leyen durante su intervención ante la prensa. "Nos enfrentamos a precios astronómicos de la electricidad para los hogares y las empresas y a una enorme volatilidad del mercado", ha lamentado la alemana.

Von der Leyen también ha propuesto una limitación de los precios de las importaciones de gas de gasoducto ruso, que, de introducirse, podría empujar al Kremlin a tomar represalias y suspender totalmente los flujos de gas. "Debemos cortar los ingresos de Rusia que Putin utiliza para financiar esta guerra atroz contra Ucrania", ha asegurado la líder europea.

En los últimos meses, Gazprom ha reducido el flujo de gas a través de sus gasoductos, cerrando el Nord Stream 1 por tiempo indefinido. Lo que junto a la diversificación de fuentes, ha explicado von der Leyen, ha hecho que la cuota de gas de gasoducto ruso en las importaciones totales de la UE haya caído del 40% antes de la guerra al 9% actual. Noruega, ha añadido, ha sustituido a Rusia como principal proveedor de gas del bloque.

La Presidenta ha detallado que su equipo también está estudiando la posibilidad de limitar el precio de todo el gas importado, lo que incluiría el gas natural licuado (GNL), un producto que se ha convertido en la clave de la diversificación frente a Rusia. Sin embargo, este tope de precios aún no está sobre la mesa.

"El GNL es escaso y puede desviarse a diferentes regiones", dijo von der Leyen. "Queremos seguir siendo competitivos para los proveedores de GNL, pero asegurándonos de que los precios que pagamos no son extraordinariamente altos, sino que están en un rango decente", ha explicado.

Reducir el consumo en las horas de alta demanda

Las medidas presentadas por la jefa de la Comisión son todas de carácter excepcional y buscan encontrar un complicado equilibrio entre la intervención en el mercado libre y garantizar la seguridad del suministro energético.

La primera propuesta, el ahorro de electricidad, establecería un "objetivo obligatorio" para limitar el uso de la energía en las horas punta, cuando el uso del gas se desborda y las facturas se hinchan. "Esto exige una reducción inteligente de la demanda. Necesitamos una estrategia para aplanar los picos [de demanda] que incrementan el precio de la electricidad", dijo von der Leyen.

La UE ya ha puesto en marcha un plan voluntario para reducir el consumo de gas en un 15% antes de la próxima primavera.

La segunda propuesta pretende limitar el exceso de ingresos de los llamados generadores inframarginales, es decir, los que no utilizan gas para producir electricidad, como las renovables, la nuclear y el carbón, y tienen unos costes de producción significativamente menores.

Dado que el precio final de la electricidad lo fija siempre el combustible más caro para satisfacer la demanda -en este caso, el gas-, estos generadores inframarginales están recibiendo "ingresos queno habían ni soñado y que no pueden reinvertir tan rápido", ha detallado von der Leyen.

La diferencia entre el precio final de la electricidad y el tope aún no definido por la UE aportaría fondos extra a los gobiernos, que se utilizarían para apoyar a los consumidores que lo necesiten. "Ha llegado el momento de que los consumidores se beneficien de los bajos costes de las fuentes de energía con bajas emisiones de carbono", ha sentenciado von der Leyen.

Un mecanismo similar podría aplicarse a las empresas de combustibles fósiles que comercian con el petróleo y el gas, pero éste se dirigiría a sus beneficios declarados, en lugar de a la dinámica del mercado. Los ministros de Energía de la UE seguirán debatiendo estas cinco ideas el viernes en una reunión de urgencia, en la que se espera que los políticos asignen a la Comisión un mandato político más claro sobre cómo avanzar.

La limitación del gas ruso se prevé que sea  la propuesta más controvertida, dados los diferentes niveles de dependencia entre los Estados miembros. La semana pasada, Hungría anunció un nuevo contrato con Gazprom por hasta 5,8 millones de metros cúbicos más de gas diarios.

Una vez acordadas, las medidas podrían introducirse rápidamente mediante un procedimiento de urgencia. Los funcionarios de la Comisión habían rechazado previamente otras propuestas drásticas, como las subvenciones a los permisos de emisión de carbono o la suspensión total del mercado mayorista.

El Ejecutivo también descartó la posibilidad de aplicar el modelo ibérico -un tope subvencionado a los precios del gas- a todo el mercado de la UE, por temor a que fomente un mayor consumo de gas y haga a los países más vulnerables a la manipulación del suministro por parte de Rusia.

Von der Leyen y su equipo han sido objeto de críticas en los últimos días, y tanto el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, como el primer ministro belga, Alexander De Croo, han denunciado la tardía respuesta colectiva a la crisis energética. La intervención en el mercado "debería haberse hecho antes, y es una pena que haya tardado tanto", ha apuntado De Croo.

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