Las conclusiones de la cumbre de Bruselas piden una mayor acción exterior, más control de las fronteras y una política común de retorno eficaz. En particular, los líderes de la UE quieren que la Comisión Europea financie infraestructuras, medios y equipos de vigilancia.
PUBLICIDADLos Estados miembros de la Unión Europea (UE) están intensificando sus acciones para evitar la llegada de inmigrantes de manera irregular. Las conclusiones de la cumbre de Bruselas piden una mayor acción exterior, más control de las fronteras y una política común de retorno eficaz. En particular, los líderes de la UE quieren que la Comisión Europea financie infraestructuras, medios y equipos de vigilancia.
No está claro si estas “infraestructuras” podrían incluir también vallas fronterizas, hasta ahora un tabú para las políticas comunitarias. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, parece ahora más ambigua sobre el tema:
"Lo que está claro es que se necesitan cámaras, vigilancia electrónica. Se necesitan carreteras a lo largo de las vallas, para patrullas, por ejemplo. Se necesita personal equipado. Se necesitan torres de vigilancia, se necesitan vehículos. Así que todos estos temas deberían estar en un paquete integrado".
El resultado de la cumbre, sin embargo, parece ser un claro éxito para aquellos países, con Austria a la cabeza, que insisten en medidas drásticas en las fronteras terrestres. Pero el Gobierno italiano también canta victoria, con el "reconocimiento de las características específicas de las fronteras marítimas" y el "reforzamiento de la cooperación en las actividades de búsqueda y salvamento". Según el Gobierno de Meloni, una especie de premisa de cara al objetivo final: una Unión Europea con un código de conducta para las ONG que realizan rescates en el mar.
"La migración es un problema europeo y necesita una respuesta europea. Para mí, este es un gran cambio en el enfoque de la migración, pero, por supuesto, esto no es lo único que hemos logrado", ha dicho Giorgia Meloni, primera ministra de Italia.
Los líderes de la UE también insistieron en trabajar con los países de origen y tránsito, y sobre la posibilidad de medidas de visas restrictivas para aquellos que no cooperen en los retornos.