Ucrania tiene una lista de patrocinadores de la guerra ¿Cómo funciona?

La lista ucraniana de "patrocinadores internacionales de la guerra" apunta a empresas extranjeras que mantienen negocios activos en Rusia.
La lista ucraniana de "patrocinadores internacionales de la guerra" apunta a empresas extranjeras que mantienen negocios activos en Rusia. Derechos de autor Alexei Danichev/Copyright 2023 Sputnik
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Por Jorge Liboreiro
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La lista de Ucrania de "patrocinadores internacionales de la guerra" está dirigida a empresas extranjeras que siguen haciendo negocios en Rusia a pesar de las presiones para que se retiren.

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Cuando se trata de política exterior, la difamación puede ser un arma poderosa. Desde que Rusia inició la invasión a gran escala de Ucrania, las autoridades ucranianas han señalado varias veces con el dedo a aquellos que consideran cómplices del intento de revisionismo de la historia europea por parte de Vladímir Putin.

Multinacionales, directores generales, administraciones, legisladores, dirigentes de partidos y jefes de Estado han sido objeto de la censura ucraniana. Pero esta estrategia, que fusiona técnicas de diplomacia, relaciones públicas y redes sociales, ha puesto, muy a su pesar, a los aliados occidentales en una posición evidentemente incómoda.

Esta tensión latente ha vuelto a aflorar en torno a la lista ucraniana de "patrocinadores internacionales de la guerra". Se trata de un compendio de empresas extranjeras que, en opinión de Kiev, están apoyando la guerra con su decisión de seguir haciendo negocios en Rusia, pagando impuestos al gobierno central y apuntalando el presupuesto federal que financia al ejército.

Las empresas y sus altos ejecutivos están acusados de suministrar "bienes y servicios de finalidad crítica" que contribuyen a perpetuar la invasión y "financiar así el terrorismo". Desde su publicación el verano pasado, la lista ha crecido en tamaño y actualmente abarca a 102 personas y 26 empresas, 17 de las cuales tienen vínculos con la Unión Europea.

Una de ellas es el Banco OTP, el mayor banco comercial de Hungría, cuya inclusión a principios de mes provocó una airada respuesta de Budapest. Péter Szijjártó, ministro de Asuntos Exteriores del país, lo calificó de "inaceptable" y "escandaloso" y exigió su retirada inmediata.El banco, que atiende a más de 2,4 millones de clientes en Rusia, está acusado de reconocer a las llamadas "repúblicas populares" en los territorios ocupados de Donetsk y Lugansk y de ofrecer "condiciones crediticias preferentes" a las fuerzas armadas rusas, acusaciones negadas por la empresa.

"OTP Group opera en cumplimiento de todas las sanciones internacionales y leyes locales en todos sus mercados, incluida Rusia", dijo un portavoz de la compañía en un comunicado, señalando la cuota de mercado del 0,17% del banco en Rusia. "Consideramos injustificada nuestra inclusión en la lista".

La polémica se agravó cuando el gobierno húngaro, en represalia por la inclusión en la lista, utilizó su poder de veto para bloquear un nuevo tramo de 500 millones de euros de ayuda militar de la UE a Ucrania. Budapest dejó claro que el bloqueo durará mientras el banco siga en la lista.

La polémica obligó a Josep Borrell, responsable de política exterior de la UE, a mediar y tender la mano a sus homólogos ucranianos en un intento de aplacar la ira húngara y encontrar un compromiso. La UE no ha respaldado ni impugnado la lista y no ha hecho ninguna aportación a las autoridades ucranianas.

"Tenemos que hacer todo lo posible para que se apruebe el próximo paquete de apoyo militar a Ucrania. Si un Estado miembro tiene alguna dificultad, discutámoslo", dijo Borrell.

Una selección polémica

Lo más destacable de la lista ucraniana de "patrocinadores internacionales de la guerra" es que carece por completo de poder legal. Estar en la lista no conlleva la congelación de activos, la prohibición de viajar, restricciones comerciales ni ninguna otra consecuencia parecida a una sanción.

La lista, gestionada por la Agencia Nacional de Prevención de la Corrupción de Ucrania (NACP), está diseñada para ejercer presión a las empresas extranjera para que corten todos sus lazos con Rusia. Pero la selección realizada por la NACP parece ser extraordinariamente corta -sólo 26 empresas- en comparación con la vasta realidad sobre el terreno: según un estudio de la Universidad de Yale, cientos de empresas mantienen operaciones comerciales en Rusia desafiando la condena internacional.

Yale ha descubierto que 229 empresas, entre las que se encuentran marcas tan conocidas como la italiana Benetton y la francesa Lacoste, mantienen "su actividad habitual" dentro del país. Otras 175 corporaciones, como la alemana Bayer y la holandesa ING Bank, están "ganando tiempo", lo que significa que han puesto en pausa nuevos proyectos de inversión pero siguen realizando transacciones cotidianas.

La lista ucraniana cuenta con un inventario seleccionado a dedo. "No existen criterios formales de selección", ha asegurado a Euronews un portavoz del NACP. Sin embargo, ha explicado el portavoz, en la práctica la empresa debe ser de origen no ruso, dirigir una operación a gran escala, tener una marca conocida, estar presente en varias jurisdicciones y, lo que es más importante, ayudar a la guerra de forma indirecta.

"Al pagar impuestos, suministrar bienes o materiales clave, participar en campañas de propaganda o movilización, dicha empresa contribuye indirectamente a la capacidad de Rusia para librar la guerra y la mantiene", ha defendido el portavoz. Este vínculo indirecto es el elemento más peliagudo del registro: debido al secreto empresarial y a la opacidad del Estado ruso, es complicado trazar una línea convincente entre hacer negocios y subvencionar una guerra.

El sitio web oficial de la lista sólo ofrece breves explicaciones de cada designación, seguidas de un puñado de informes de los medios de comunicación que describen las supuestas irregularidades de la empresa. En algunos casos, el NACP no indica explícitamente la conexión con la Federación Rusa y sólo se entiende si el lector visita los informes de los medios de comunicación.

Acusaciones y desmentidos

Como parte de este artículo, Euronews se ha puesto en contacto con las 16 empresas con sede en la UE designadas en la lista ucraniana (una 17ª empresa de Estonia resultó ilocalizable). En el momento de la publicación, siete de ellas han contestado ofreciendo declaraciones detalladas en las que han rebatido las acusaciones y han denunciado la ilegalidad de la invasión rusa. Una octava empresa se ha negado a hacer comentarios por "cuestiones comerciales".

Auchan, el minorista francés que emplea a más de 350.000 personas en todo el mundo, está entre los que se enfrentan a la ira de Ucrania por seguir operando dentro de Rusia a través de su filial, Auchan Rusia. En su página web, el NACP acusa a la filial de "suministrar bienes a los militares rusos en los territorios ucranianos ocupados bajo la apariencia de ayuda humanitaria a civiles y de ayudar a las oficinas de alistamiento militar a reclutar reclutas", haciéndose eco de las conclusiones de una investigación llevada a cabo por Le Monde y The Insider.

Un portavoz de Auchan ha negado las afirmaciones, argumentando que la empresa respeta "plenamente" las sanciones internacionales y ha detenido todas las inversiones en las 231 tiendas de su filial rusa, que funciona "con total autonomía."

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"Auchan Retail no realiza, apoya ni financia ninguna colecta 'caritativa' para las fuerzas armadas rusas", ha afirmado el portavoz. "Al mismo tiempo, y esta información es bien conocida por las autoridades ucranianas, hemos contribuido plenamente al mantenimiento de la cadena alimentaria de la población civil ucraniana. Nunca hemos dejado de operar nuestras tiendas y servicios digitales, incluida la entrega a domicilio", ha detallado.

Algunas de las empresas de la UE que cotizan en bolsa, como el Raiffeisen Bank International (RBI), con sede en Viena, dicen que están en proceso de abandonar el mercado ruso, una medida que, en teoría, les absolvería de la temida etiqueta de "patrocinador de guerra."

El prestamista austriaco, considerado el banco occidental más importante en Rusia gracias a un balance de casi 27.000 millones de euros, estaba en el punto de mira de la NACP porque supuestamente presta servicios a "empresas ficticias" en Chipre utilizadas por "oligarcas cercanos al Kremlin".

Un portavoz de RBI afirma que el grupo se enfrenta a unas condiciones de mercado "muy complejas" y está evaluando posibles vías para completar la venta de sus operaciones rusas, un proceso que probablemente conllevará enormes pérdidas. El Gobierno austriaco, el Banco Central Europeo y el Departamento del Tesoro estadounidense siguen de cerca la liquidación.

"Raiffeisenbank mantendrá algunas operaciones bancarias en Rusia para cumplir con las condiciones de su licencia bancaria, y apoyar a los clientes, incluidos los afectados por la reducción de la actividad comercial en Rusia", ha dicho el portavoz. "El Grupo RBI tiene la responsabilidad de preservar la integridad de las operaciones locales en Rusia, en las que trabajan más de 9.000 personas".

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Otras empresas de la UE se encuentran en el extremo opuesto: dicen haberse retirado totalmente del mercado ruso y, sin embargo, siguen señaladas por Ucrania. Es el caso de OpenWay, un proveedor de software con sede en Bélgica, que insiste en que abandonó el país en la primavera de 2022.

La empresa fue incluida en la lista por haber desarrollado Mir, un sistema de pago con tarjeta destinado a sustituir a Visa y Mastercard tras la anexión ilegal de Crimea. La NACP argumenta que OpenWay no puede impedir que sus antiguos clientes utilicen Mir para eludir las sanciones porque sus acuerdos de licencia son "perpetuos".

El vendedor disputa esta conexión, diciendo que ya no da servicio a Mir porque Rusia tiene "software desarrollado internamente" para apoyar el sistema de pago por sí mismo. "Mir como sustituto de Visa y Mastercard es un completo fracaso. La aceptación internacional es insignificante y apenas puede desempeñar ningún papel en la elusión de sanciones", ha asegurado un portavoz de OpenWay, señalando que han pedido a las autoridades ucranianas que actualicen el sitio web "en consecuencia."

Según la NACP, la retirada de la lista es posible si las empresas cesan todas sus operaciones en Rusia y presentan un "plan de salida realista" que pueda realizarse a corto plazo. Preguntado por la petición de OpenWay, un portavoz ha dicho que estaban al tanto de los informes de los medios de comunicación, pero que no habían recibido ninguna petición oficial de la empresa.

"Si recibimos información de que efectivamente han abandonado el mercado ruso, los eliminaremos inmediatamente del registro", ha asegurado el portavoz.

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