Con la perspectiva de que las precipitaciones disminuirán un 30 %, la isla de Madeira proyecta que tendrá que recurrir a la energía fotovoltaica, además de la eólica, y almacenar toda el agua posible para abastecer a su población.
Con el cambio climático mundial como telón de fondo, un proyecto europeo ha optimizado la central hidroeléctrica de Socorridos para suministrar electricidad y agua, durante todo el año. Gracias a este proyecto, el uso de energías renovables en la isla alcanza ya el 33 %.
La isla de Madeira se caracteriza por tener una geografía muy accidentada, por lo que dos preguntas nacen respecto al desarrollo de la zona: ¿cómo garantizan el suministro de agua y electricidad en esta isla?, y ¿cuál será el papel de las energías renovables en Madeira con el cambio climático como telón de fondo?
Energía eólica y fotovoltaica: estratégicas en la isla
Gracias al proyecto con la central hidroeléctrica, el uso de las energías renovables ha sido protegonista en la isla.
La energía eólica se utiliza para enviar el agua almacenada en la central eléctrica a este embalse de la colina, en caso de necesitarlo; por ejemplo cuando se llega a altos picos de consumo.
El sur de la isla es la zona más seca y, por tanto, la más crítica; por lo que es necesario también generar estrategias que hagan frente a la disminución de precipitaciones.
Estrategias por la disminución de precipitaciones
Beatriz Rodrigues Jardim, directora de Calidad, Medio Ambiente y Seguridad de la Empresa de Electricidade da Madeira, nos comenta que es necesario tener más cuencas de acumulación, porque hay una tendencia a tener menos energía hidroeléctrica y se debe recurrir a otras fuentes de energía renovables, concretamente a la eólica.
"Tenemos la perspectiva de que las precipitaciones disminuirán un 30 %, y habrá que recurrir también a la fotovoltaica y, por tanto, almacenaremos toda el agua posible para abastecer a la población", explica Beatriz.
Beatriz explica que el agua se utiliza en primer lugar para la población, en segundo lugar, para la agricultura y, en tercer lugar, para la producción de energía.
"Vivimos en una isla muy pequeña y somos muy conscientes de que el uso del agua debe ser muy eficiente", finaliza.