Merced a la fiel restauración de los molinos de viento y las fuentes públicas de Porto Santo, por parte del Museo Etnográfico de Cardina, los ciudadanos pueden descubrir cómo era la vida en la isla localizada en el archipiélago de Madeira, en el pasado.
Para sumergirse en las tradiciones, el Museo Etnográfico de Cardina ha sido una verdadera fuente de información al restaurar fielmente los molinos de viento y las fuentes públicas. Las explicaciones de Rubina Brito permiten al equipo de Euronews hacerse una idea de cómo era la vida en la pequeña isla localizada en el archipiélago de Madeira, no hace tanto tiempo.
"Mantener la población de la isla de Porto Santo siempre ha sido muy difícil debido a la falta de recursos. Los habitantes de Porto Santo tienen fama de ser gente resiliente e ingeniosa. Los molinos lo demuestran, en cierto modo. Los molinos se construían con la madera que llegaba a la costa, porque ese recurso no estaba disponible en la isla", Rubina Brito, gerente del Departamento de Medioambiente del Ayuntamiento de Porto Santo.
"Otro recurso que era muy escaso en la isla de Porto Santo, a la hora de mantener la población en esta isla, era el agua. En un momento, incluso, se pensó que sería mejor llevar a toda la gente a Madeira, y que este territorio quedara desierto. Las fuentes públicas eran lugares donde la gente esperaba para llenar sus cántaros y aprovechaba para cantar, contar historias y buscar pareja. En resumen, en aquella época eran sitios para socializar", concluye Rubina Brito.