La posibilidad de crear diferentes niveles de adhesión al bloque es uno de los asuntos más espinosos a tratar por los actuales miembros.
PUBLICIDADEs hora de una ampliación. La idea de hacer más grande la Unión Europea ha ido cobrando fuerza desde el inicio de la guerra en Ucrania, y será uno de los temas principales de las dos cumbres consecutivas que se celebran esta semana en Granada, España.
Los Balcanes Occidentales, que ya llevan décadas en sala de espera, y los recién llegados como Ucrania o Moldavia, están aumentando la presión sobre el bloque.
Pero antes de que la Unión pase de ser un club de 27 a una asociación de más de 30 países, todos coinciden en que algunas cosas tienen que cambiar.
"Tendrá que haber una reorientación de las grandes prioridades de gasto en agricultura y cohesión", opina a Euonews el analista del European Policy Centre, Fraser Cameron. "Porque obviamente Ucrania, si entra sin haberse producido esos cambios, se comerá la mayor parte del presupuesto, y eso no será aceptable para muchos Estados miembros. Así que tendrá que haber una difícil negociación en términos de presupuesto: quién paga, quién recibe qué..."
Pero además de lo que supondrá para los actuales países del bloque dejar entrar a miembros más pobres, los expertos como Cameron creen que en las ampliaciones anteriores se perdió la oportunidad de reformar el actual voto por unanimidad para evitar vetos en temas clave.
Se trata de una idea que también comparten los grandes países de la Unión, y presente en el reciente informe sobre la ampliación elaborado por Francia y Alemania.
¿Diferentes divisiones?
El texto también propone crear diferentes niveles de adhesión. Para algunos eurodiputados, no obstante, la pertenencia a la Unión Europea tiene que significar lo mismo para todos.
Tal es el caso del rumano Vlad Gheorghe, miembro de Renovar Europa, que opina que "tenemos que tener mucho cuidado en no tener países de segunda mano dentro de la Unión Europea. Porque también he oído hablar mucho, aquí en Bruselas, sobre la idea de que haya países de primera categoría, quizá los más antiguos, y que los más nuevos sean países de segunda categoría. Y eso es algo muy malo, una muy mala idea".
Sea cual sea el resultado en Granada, la adhesión es un proceso largo y tedioso. Sobre todo si se es un país que está en guerra. El próximo paso, a finales de octubre, será el informe de la Comisión Europea sobre la situación de los países candidatos.