La Comisión Europea ha propuesto un fuerte aumento de los aranceles sobre el grano ruso que entra en el mercado común del bloque.
La medida se aplicaría a los cereales, semillas oleaginosas y productos derivados, como el aceite vegetal, originarios de Rusia y destinados a la venta en cualquiera de los 27 Estados miembros.
Las mismas mercancías procedentes de Bielorrusia, uno de los aliados más estrechos de Vladimir Putin que a menudo da cobertura a sus ataques, estarían igualmente sujetas a las medidas.
De pagar 0 euros a 95 por tonelada de cereal ruso
Según la propuesta, la UE impondría un arancel de 95 euros por tonelada al maíz y el trigo rusos, lo que supondría un brusco aumento respecto a los derechos nulos vigentes en la actualidad. Otros productos estarían sujetos a un 'derecho ad valorem' del 50% para igualar el aumento previsto.
Las cifras pretenden ser tan elevadas que desincentiven las compras de grano ruso, que el año pasado ascendieron a 4,2 millones de toneladas por valor de 1.300 millones de euros. Por su parte, Bielorrusia vendió 610.000 toneladas por valor de 246 millones de euros.
Temor a la potencia agrícola rusa
Aunque esto representa una pequeña parte de todas las importaciones de la UE, la Comisión cree que Rusia, uno de los mayores productores agrícolas del mundo, tiene capacidad suficiente para descargar cereales a bajo coste en Europa y desatar la agitación del mercado, si el presidente ruso Vladímir Putin así lo pone en marcha.
La medida es esencialmente preventiva, ya que por el momento no se han detectado perturbaciones importantes. En sentido estricto, no es una sanción, pero tiene objetivos muy similares: privar a Moscú de otra fuente de ingresos y garantizar que el grano que sus tropas han robado de los territorios ucranianos ocupados no llegue a los clientes europeos.
Si el cereal ruso va a África no paga aranceles
En la práctica, las empresas europeas podrían seguir comprando, vendiendo y almacenando suministros de cereales rusos y bielorrusos, aunque ya no fuera económicamente sostenible debido a los elevados aranceles. Los cereales que transitan por el territorio del bloque para llegar a otros países, como los del norte de África, quedarían exentos de las medidas.
La propuesta, presentada el viernes por la mañana, aún debe ser aprobada por los Estados miembros por mayoría cualificada. La Comisión tenía los planes preparados, pero no los presentó hasta la víspera, tras una reunión de los líderes de la UE en Bruselas.
Un corte tardío a las exportaciones de Rusia
La Presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, aseguró el jueves por la tarde: "Hay varias buenas razones para hacer esta propuesta: impedirá que el grano ruso desestabilice el mercado de estos productos en la UE.
Impedirá que Rusia utilice los ingresos procedentes de la exportación de estos productos a la Unión Europea. Y garantizará que las exportaciones ilegales rusas de grano ucraniano robado no entren en el mercado de la UE".
Sin prohibición total de cereales rusos
Durante la cumbre, la primera ministra de Letonia, Evika Siliņa, y el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, pidieron una prohibición total del grano ruso, lo que habría requerido el uso de sanciones.
El Presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, también planteó la cuestión en su discurso virtual ante los líderes de la Unión Europea: "Desgraciadamente, el acceso de Rusia al mercado agrícola europeo sigue sin restricciones. Y cuando el grano ucraniano es tirado a las carreteras o a las vías del tren, los productos rusos siguen siendo transportados a Europa, así como las mercancías procedentes de la Bielorrusia controlada por Putin".
La rebelión de los agricultores europeos
Desde el comienzo de la guerra, la cuestión de la agricultura se ha convertido en un tema candente cargado de repercusiones políticas. Las primeras sacudidas se produjeron después de que las tropas rusas bloquearan el Mar Negro e impidieran a Ucrania, un poderoso exportador agrícola, utilizar su ruta comercial tradicional hacia los países de renta baja.
Esto llevó a la UE a crear las llamadas "rutas de la solidaridad", que eximen a todos los productos ucranianos de aranceles y cuotas y ofrecen vías alternativas por tierra. Pero el proyecto suscitó reacciones negativas en los países vecinos (Polonia, Hungría, Eslovaquia, Bulgaria y Rumanía), que se quejaron de que el exceso de grano ucraniano a bajo precio y libre de aranceles deprimía los precios de los agricultores locales y llenaba los almacenes.
La UE no ha encontrado un acuerdo con los agricultores
Polonia, Hungría y Eslovaquia impusieron prohibiciones unilaterales y descoordinadas a una serie de productos alimenticios ucranianos, que perduran hasta hoy.
A pesar de los múltiples intentos de Bruselas por zanjar la larga disputa, el bloque no ha logrado encontrar una solución duradera. A principios de esta semana se alcanzó un acuerdo para prorrogar el régimen de libre comercio hasta 2025, con salvaguardas reforzadas para controlar los flujos de aves de corral, huevos, azúcar, avena, maíz, grañones y miel.
Sin embargo, poco después de anunciarse el acuerdo, los Estados miembros pidieron más tiempo para analizar el texto, lo que sembró dudas sobre el proceso.