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Una nueva exposición única sobre Antonio Ligabue en Bolonia

Fachada del Palacio en el que se expone la obra de Ligabue
Fachada del Palacio en el que se expone la obra de Ligabue Derechos de autor AP Photo
Derechos de autor AP Photo
Por Euronews con AP
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Varias obras de Antonio Ligabue se exponen por primera vez en el Palacio Albergati de Bolonia, en Italia.

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Una nueva exposición dedicada a Ligabue se ha inaugurado en el Palacio Albergati de Bolonia, en Italia. Animales feroces, paisajes vibrantes y numerosos autorretratos se exhiben desde el 21 de septiembre hasta el 30 de marzo. Las obras de este artista marginal y autodidacta hablan al espectador con la inmediatez de sus intensos colores.

"Son verdaderos rugidos de color. Es su alma la que se expresa a través de esta gran habilidad para estructurar una imagen mediante el uso del color, y lo hace con violencia, con ardor, con pasión, poniendo toda su alma en ello", afirma Francesca Villanti, historiadora del arte y comisaria de la exposición.

El lince de Ligabue, expuesto por primera vez

Por primera vez, los visitantes podrán admirar el cuadro de un lince nunca antes expuesto públicamente y un álbum de dibujos. El álbum se hizo mientras Ligabue se alojaba, en el último periodo de su vida, en la posada regentada por la familia de 'Cesarina', el amor platónico de su vida.

Conservado durante décadas en una colección privada, contiene detalladas representaciones de animales. Cada dibujo va acompañado de la imagen de referencia que lo inspiró, ofreciendo una visión sin precedentes de su proceso creativo.

También se expone un álbum de figuritas Liebig de 1954, recientemente descubierto, que Ligabue solía consultar y en el que se inspiraba para representar diversos animales en sus obras. Sus temas favoritos eran los animales, entre los que se incluía a él mismo, representado en cientos de autorretratos.

"Para él, no hay diferencia entre él y los animales. Se sentía un animal y tenía un fuerte vínculo tanto con los animales domésticos, a los que consideraba sus amigos, como con los animales feroces con los que intentaba relacionarse. Intentaba identificarse con los más salvajes, gritando, tratando de imitar los ruidos que imaginaba que podían hacer los animales", afirma Villanti.

La exposición parte de la primera época, entre 1927 y 1939, en la que los colores son aún muy tenues y diluidos y los temas están relacionados principalmente con la vida rural, hasta el último y más prolífico periodo, entre 1952 y 1962, en el que su técnica se vuelve vigorosa, hasta el punto de que la imagen destaca claramente del resto de la escena.

En este último periodo realiza numerosos autorretratos, que varían según su estado de ánimo. Sus obras, caracterizadas por colores vivos y pinceladas vigorosas, revelan un universo pictórico intenso, donde la naturaleza y los animales adquieren cualidades casi míticas.

Quién era Antonio Ligabue, el pintor naïf

Nacido en Zúrich en 1889, de madre italiana y padre desconocido, fue dado inmediatamente en adopción a una familia suiza. De adolescente, empezó a manifestar problemas psiquiátricos, lo que le llevó a ser internado por primera vez en un internado para chicos discapacitados en 1913. En 1917, tras una agresión a su madre adoptiva, fue ingresado en una clínica psiquiátrica y luego expulsado de Suiza y enviado a Gualtieri, el pequeño pueblo italiano de donde era su padrastro.

Ligabue no hablaba italiano, era propenso a la ira y era incomprendido por sus compañeros. Fue apodado 'el Matt' (el loco) por los habitantes de Gualtieri, que rechazaban sus cuadros y su valor artístico, dejándole alienado y solo.

Tras años de atormentado e inquieto vagabundeo, en los que vivió de los escasos subsidios públicos disponibles y se refugió en el arte para expresar su malestar existencial, conoció al artista Renato Marino Mazzacurati, que intuyó su talento y le enseñó a utilizar los colores.

Fue en 1948 cuando empezó a mostrar sus obras en pequeñas exposiciones y, bajo la dirección de Mazzacurati, obtuvo cierto reconocimiento y ganó su primer dinero. Pero el éxito duró poco. Tras permitirse pocos lujos, en 1962 sufrió una paresia y fue hospitalizado, donde continuó pintando y puso fin a su vida el 27 de mayo de 1965. En los últimos años de su vida, Ligabue fue apreciado y comprendido por importantes críticos y estudiosos, para caer en el olvido tras su muerte.

Durante mucho tiempo se le tachó de pintor naïf, efinición que acabó mermando su verdadero valor artístico, y Ligabue permaneció en la sombra, una figura de nicho conocida sólo por unos pocos entusiastas. Pero en las últimas décadas, gracias al renovado interés de críticos e instituciones, se ha reconocido plenamente su valor como artista auténtico y original.

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