La idea de este centro nació de un poema que impulsa el empoderamiento de las mujeres y la reconciliación. El nuevo edificio, inaugurado el verano pasado, acoge a centenares de mujeres.
La palabra, el reconocimiento del dolor ajeno y el simple hecho de compartir experiencias y cursos fomentan la resiliencia.
Betty Carlisle, cofundadora y directora del centro, explica que éste vio la luz por primera vez en 1987, cuando "surgió de un poema que fue escrito sobre el colibrí" y su capacidad para volar.
"Normalmente a las mujeres se les dice que no pueden hacer cosas. Así que les decíamos, venid al colibrí y podréis hacer cosas".
Las actividades, añade, son gratuitas: "Todo es gratuito, pero pedimos una inscripción de 10 libras (11,87 euros) al año para contribuir a la administración. Este nuevo centro permite que las mujeres se reúnan, con más mujeres. Y acceder a él es más sencillo desde ambos lados de la comunidad".
La importancia de la palabra
Otra de las características del centro es la importancia de la voz de las mujeres. En su inmensa mayoría el personal del centro y quienes lo frecuentan son mujeres procedentes de las diferentes comunidades del barrio. Isabel Gibson, católica, participó en la crisis de la escuela del Holy Cross.
"Tuve que mudarme de casa porque recibí amenazas de muerte de los paramilitares", confiesa. Después perdió a su hija y su mundo se desmoronó. A través de las conversaciones con otras mujeres y de los cursos de teatro volvió a ponerse en pie. "Podemos hacer tantos cursos como queramos (…). Participamos en una obra de teatro y tuvimos que actuar, somos un grupo intercomunitario y hablamos de las mujeres de Shankill de cómo se sentían dominadas con sus maridos, paramilitares. Y lo mismo pasaba en Ardoyne, donde vivo. Las mujeres no podían hablar, todo lo decían los hombres; mientras que ahora tenemos voz, podemos hablar. Así que es mucho, mucho mejor"
Betty Tompson es protestante. Durante un tiempo vivió alejada de Belfast porque su excompañero estuvo en prisión varios años. Explica que se involucró con organizaciones y el crimen: "Yo no quería que mis hijos fueran como su padre, que creció con antecedentes penales (…). Entiendo a los católicos y a los protestantes que tienen a alguien que fue asesinado, y guardan ese rencor, lo entiendo. A mi no me ocurrió nada de eso, así que supongo que seguir adelante fue más fácil para mi. Pero no todo el mundo puede. Algunas personas lo tienen más difícil que otras, no sé. Creo que no necesitaba ir de vacaciones al extranjero hasta que regresé aquí y ahora he empezado a ir más de vacaciones, vacaciones con las amigas".
Betty nos anuncia que Isabel y ella están preparando juntas un viaje con sus nietos, a España.