Roussev, que trabajaba en una antigua casa de huéspedes de la localidad costera inglesa de Great Yarmouth, tenía un alijo de material de espionaje que la Policía describió como una "cueva de Aladino" cuando se produjo la redada.
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Un búlgaro que lideraba una red de espionaje ruso en el Reino Unido ha sido condenado a más de 10 años de prisión. Orlin Roussev, de 47 años, encabezó un grupo de cinco compañeros, también búlgaros, que según los fiscales, pusieron vidas en peligro al llevar a cabo operaciones en el Reino Unido, Alemania, Austria, España y Montenegro entre 2020 y 2023 en nombre de la inteligencia rusa.
El grupo tenía como objetivo a periodistas, diplomáticos y tropas ucranianas y habló de secuestrar o asesinar a opositores al Kremlin en lo que el comandante Dominic Murphy, jefe antiterrorista de la Policía Metropolitana de Londres, dijo que era "espionaje a escala industrial en nombre de Rusia".
Roussev trabajaba para el presunto agente ruso Jan Marsalek, ciudadano austriaco buscado por Interpol por fraude y malversación tras la quiebra en 2020 de la empresa alemana de procesamiento de pagos Wirecard, según la Fiscalía. Actualmente, Marsalek se encuentra en paradero desconocido.
El juez Nicholas Hilliard declaró que Roussev participó en seis sofisticadas operaciones y disponía de un alijo de documentos de identidad falsos que situaban su delito en lo más alto de la escala. Fue condenado a 10 años y ocho meses de prisión tras declararse culpable de los cargos de espionaje y posesión de documentos de identidad falsos. El cabecilla fue el primero de los cinco sentenciados en el Tribunal Penal Central, luego, fue el turno de sus compañeros.
Su lugarteniente, Biser Dzhambazov, de 44 años, fue condenado a 10 años y dos meses por declararse culpable de idénticos cargos. Katrin Ivanova, de 33 años, Vanya Gaberova, de 30, y Tihomir Ivanov Ivanchev, de 39, fueron sentenciados por un jurado en marzo por conspirar para espiar para un Estado enemigo. Ivanova fue condenada a nueve años y ocho meses. Ivan Stoyanov, de 33 años, luchador de artes marciales mixtas, admitió haber espiado para Rusia.
Apodos de película
El grupo que vivía en Inglaterra utilizaba nombres en clave de películas: Roussev se hacía llamar 'Jackie Chan' y Dzhambazov 'Mad Max' o Jean-Claude Van Damme. Sus subordinados se hacían llamar 'Minions', de la franquicia animada 'Despicable Me'. Pero, según la Policía, sus seudónimos de fantasía ocultaban a un grupo muy serio.
En una operación, los miembros trataron de atraer a un periodista búlgaro que descubrió la participación de Moscú en el envenenamiento con Novichok de 2018 de un exespía ruso en Salisbury en un romance de 'trampa de miel' con la estetcista búlgara Vanya Gaberova. Los espías siguieron al periodista de Bellingcat Christo Grozev desde Viena hasta una conferencia en Valencia y los cabecillas de la banda hablaron de robarle y matarlo o secuestrarlo y llevárselo a Rusia.
"Enterarme retrospectivamente de qué agentes extranjeros han estado vigilando mis movimientos, comunicaciones y mi casa, vigilando a mis seres queridos durante un largo periodo de tiempo, ha sido aterrador, desorientador y profundamente desestabilizador", dijo Grozev en una declaración leída durante la vista de sentencia de cuatro días.
Roussev, que trabajaba en una antigua casa de huéspedes de la localidad costera inglesa de Great Yarmouth, tenía un alijo de material de espionaje que la Policía describió como una "cueva de Aladino" cuando fue allanada. Descubrieron cámaras espía ocultas en gafas de sol, bolígrafos, corbatas y peluches, incluido un minion (los seres amarillos que aparecen en las películas de 'Gru, mi villano favorito'). También se encontró tecnología utilizada para interferir señales wifi y GPS, así como dispositivos de escucha y rastreadores de automóviles.
Dzhambazov, que trabajaba para una empresa de mensajería médica, pero afirmaba ser agente de Policía de Interpol, mantenía una relación con las dos mujeres, su compañera de laboratorio Ivanova y la esteticista Gaberova. Esta última, por su parte, había dejado al pintor y decorador Ivanchev por Dzhambazov, que la llevaba a restaurantes con estrellas Michelin y se alojaba con ella en un hotel de cinco estrellas.
Cuando la Policía acudió a detener a los sospechosos en febrero de 2023, encontró a Dzhambazov desnudo en la cama con Gaberova en lugar de en casa con Ivanova. Ambas mujeres afirmaron durante el juicio que habían sido engañadas y manipuladas por Dzhambazov.