El pasado 9 de julio, dos de los tripulantes de la narcolancha que el 9 de febrero de 2024 causó la muerte de dos agentes de la Guardia Civil en el puerto de Barbate (Cádiz) recuperaron su libertad provisional tras abonar las fianzas impuestas por el tribunal.
La tragedia ocurrió en la noche del 9 de febrero de 2024, cuando una narcolancha embistió violentamente una zodiac del Grupo de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil en el puerto de Barbate.
El brutal impacto causó la muerte inmediata de Miguel Ángel González, de 39 años y natural de San Fernando (Cádiz), buzo del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, y de David Pérez Carracedo, de 43 años, nacido en Barcelona y residente en Navarra, miembro del Grupo de Acción Rápida (GAR). Además, otros cuatro agentes resultaron heridos en el incidente.
La investigación del caso se ha desarrollado durante varios meses. El primer detenido fue Karim El Baqqali, de 32 años y nacionalidad marroquí, quien se entregó voluntariamente el 19 de septiembre de 2024 como piloto de la narcolancha. Un mes después, en octubre, fueron arrestados los dos tripulantes que ahora han quedado en libertad provisional, identificados como Y.E.M. e M.L. El cuarto implicado fue detenido en mayo en Cádiz.
La decisión judicial y el futuro del caso
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Barbate dictó el pasado 4 de julio un auto acordando la puesta en libertad bajo fianza para Mohamed Laachiri y Yassine El Morabe, quienes abonaron sus respectivas fianzas el 9 de julio.
La Fiscalía no se opuso a esta medida, solicitada por los abogados de los acusados. Sin embargo, la petición de libertad del tercer detenido, también de nacionalidad marroquí, fue desestimada por el juez. Tanto este como el piloto de la narcolancha permanecen en prisión.
Los dos liberados deben cumplir estrictas medidas cautelares que incluyen la prohibición de salir del territorio nacional, la retirada del pasaporte y la obligación de comparecer periódicamente en sede judicial.
El caso sigue abierto y el juzgado que investiga los hechos espera un informe crucial de un ingeniero sobre la trayectoria que siguió la narcolancha antes del impacto. Este análisis será determinante para establecer si hubo premeditación en las acciones del piloto, quien ha alegado que se trató de un accidente.