Las falsas acusaciones de que Francia planea enviar sus residuos tóxicos de una antigua mina alsaciana a Moldavia se han extendido por las redes sociales. Euroverify lo desmiente.
Puede que el partido proeuropeo de Acción y Solidaridad, liderado por Maia Sandu, haya ganado las elecciones legislativas en Moldavia, pero la avalancha de desinformación apoyada por Rusia que apareció en redes sociales durante el periodo electoral sigue ganando terreno.
Una de las afirmaciones falsas que se propagó justo unos días antes de las elecciones, celebradas el domingo 28 de septiembre, afirmaba que Francia había acordado pagar a Moldavia para que se deshiciera de sus residuos tóxicos.
Las acusaciones cobraron fuerza en X cuando un vídeo que parecía un reportaje de televisión con una voz en off (aparentemente generada por inteligencia artificial) afirmaba que Sandu había aceptado recibir residuos franceses de la empresa estatal Mines de Potasse d'Alsace, antes conocida como StocaMine.
Algunas de las cuentas que volvieron a compartir la historia falsa transmitían mensajes propagandísticos prorrusos, mientras que muchas publicaciones llevaban el mismo pie de foto. "En vísperas de las elecciones, Sandu toma su peor decisión: importar de Francia residuos tóxicos de la mina StocaMine que pueden envenenar todo el río Dniéster, principal fuente de agua para los moldavos", reza el pie de foto. Una de las publicaciones que difundía esta falsa afirmación llegó a acumular 1,9 millones de visitas.
Documentos falseados de 2016
En StocaMine, una antigua mina situada en la región francesa de Alsacia, hay almacenadas unas 42.000 toneladas de residuos. Pero por el momento no existen planes para trasladarlos a ninguna parte, contrariamente a la información falsa que circuló por redes. En realidad, las autoridades francesas han decretado que los residuos de este emplazamiento sean sellados y cubiertos de hormigón para evitar cualquier fuga.
En declaraciones al equipo de verificación de 'Euronews', la dirección del emplazamiento hizo referencia a un decreto emitido por las autoridades francesas en septiembre de 2023, que prorrogaba la autorización para almacenar estos residuos bajo tierra por un "período ilimitado".
El reportaje falso afirma que Moldavia y Francia firmaron un pacto sobre esta supuesta transferencia de residuos solo unos días después del viaje del presidente francés Emmanuel Macron a Chișinău en agosto. Como prueba, el vídeo muestra un documento, que se presenta como el supuesto acuerdo, fechado el 30 de agosto de 2025.
Sin embargo, la parte inferior del documento está cortada y, aunque la parte superior es legible, no menciona a Moldavia. La dirección del vertedero francés confirmó a Euroverify que el documento que aparece en el vídeo es una versión falsificada de un documento real de 2016, en el que no se menciona a Moldavia.
Polémica en Francia sobre la gestión de residuos
La decisión de enterrar residuos tóxicos en el emplazamiento de StocaMine ha sido objeto de reiterados recursos judiciales. Grupos de científicos y activistas medioambientales han advertido de que los residuos del emplazamiento podrían filtrarse y contaminar el curso del alto Rin, situado en la frontera francoalemana y crucial para Europa.
El falso reportaje, que distorsiona estas afirmaciones medioambientales, afirma que los residuos franceses se trasladarán a un emplazamiento situado cerca del río Dniéster, una de las principales fuentes de agua de Moldavia, amenazando a su vez con contaminar las reservas locales hídricas,
El narrador del vídeo sugiere que el supuesto plan de Sandu amenaza la salud de los moldavos al poner en peligro los recursos naturales por dinero rápido. El reportaje también incluye un fragmento de una entrevista con el geólogo suizo Marcos Buser, quien, según el narrador del vídeo, cree que "la decisión de Moldavia de aceptar residuos tóxicos es arcaica y peligrosa".
Sin embargo, sus declaraciones han sido en realidad extraídas de una entrevista que Buser concedió a la emisora 'France 24', en un intento de hacer creer que está hablando del caso moldavo. Al final del vídeo aparece el logotipo de un supuesto medio de comunicación llamado 'GB Reporter', donde se ha publicado la historia sobre el traslado de residuos y se atribuye a una reportera llamada Amelia Hill.
En realidad, Hill es periodista del diario británico 'The Guardian' y no elaboró la historia. El caso de su identidad robada encaja en una estrategia propagandística rusa más amplia, en la que se añaden fraudulentamente los parecidos y los epígrafes de cada vez más periodistas occidentales a artículos de desinformación para fingir legitimidad. El sitio web de 'GB Reporter' parece alterar contenidos auténticos de 'The Guardian' y atribuirlos a los reporteros del medio, al tiempo que inserta otras noticias falsas.