Euroclear, depositario de los activos rusos inmovilizados, ha advertido de que el préstamo de reparaciones a Ucrania es "frágil, imprevisible y arriesgado". En Bruselas, el canciller alemán se reúne de urgencia con el primer ministro belga para intentar lograr un compromiso.
El plan de la Unión Europea de conceder un préstamo de reparaciones a Ucrania sufrió un nuevo revés el viernes, después de que Euroclear, principal depositario de los activos rusos inmovilizados en Europa, afirmara que la propuesta es "muy frágil", demasiado imprevisible y podría desencadenar un éxodo de inversores extranjeros fuera de la eurozona.
La advertencia se produce mientras el canciller alemán, Friedrich Merz, se reúne en Bruselas con el primer ministro belga, Bart De Wever, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un intento de desbloquear el préstamo antes de la cumbre crucial el 18 de diciembre.
"La propuesta, tal y como está, parece incorporar una importante dosis de innovación legal", señaló un portavoz de Euroclear a 'Euronews'. "Ese tipo de innovación plantea muchas preguntas. Tenemos la impresión de que la construcción es, por ahora, muy frágil".
Euroclear es un depositario central de valores en el que se encuentra la mayor parte de los activos rusos. Tiene su sede en Bruselas, lo que convierte a Bélgica en el voto cardinal en el siempre agitado debate sobre cómo financiar las necesidades presupuestarias y militares de Ucrania para 2026 y 2027.
"Aunque apoyamos el objetivo de apoyar a Ucrania, esta iniciativa podría tener riesgos jurídicos, financieros y de reputación de gran alcance para Euroclear, Bélgica, la Unión Europea y sus mercados financieros", añadió el portavoz.
Una línea de crédito sin intereses
Según el plan, la Comisión Europea canalizaría los activos inmovilizados del Banco Central ruso hacia una línea de crédito a interés cero para Ucrania.
Se pediría a Kiev que devolviera el préstamo solo después de que Moscú aceptara compensar los daños causados por su invasión. Los analistas sugieren que las posibilidades de que Rusia acceda a pagar a su vecino las reparaciones son casi nulas.
La UE pretende cubrir 90.000 millones de euros del déficit de financiación de Ucrania de 135.000 millones para los próximos dos años recurriendo a esos activos. Pero para ello necesita el consentimiento de los belgas. La propuesta, que no tiene precedentes en la historia moderna, ha suscitado desde el principio serias reservas tanto en el Gobierno belga como en Euroclear.
A Euroclear también le preocupa carecer de la liquidez necesaria para hacer frente a su crédito con el Banco Central ruso si las sanciones se levantaran prematuramente y los Estados miembros no consiguieran reunir a tiempo los 185.000 millones de euros.
Las autoridades belgas también han señalado que temen que Rusia exija la devolución de sus activos si presenta una demanda ante los tribunales y gana, lo que dejaría un agujero en la tesorería belga equivalente al tamaño del presupuesto federal anual. Bélgica incluso ha sugerido que una situación así podría llevar al país a la bancarrota.
Para contrarrestar estas preocupaciones, la Comisión ha propuesto una inmovilización a largo plazo basada en una votación por mayoría cualificada para evitar una paralización repentina o el veto. También ha dicho que concedería préstamos de emergencia a las capitales que no alcancen las garantías prometidas.
Pero a Euroclear también le preocupa la perspectiva de represalias, tanto dentro de Rusia, donde mantiene unos 17.000 millones de euros en activos, como en jurisdicciones de todo el mundo favorables a Rusia. El Kremlin podría confiscar los fondos que Euroclear mantiene en nombre de sus clientes.
Si esto ocurriera, la Comisión afirma que Euroclear podría recurrir a los activos de su homólogo ruso, el Russian National Settlement Depository, mantenidos en todo el bloque. Pero esta cuestión también plantea problemas jurídicos.
La base jurídica del plan
Euroclear también advierte de que utilizar los activos soberanos de Rusia para emitir el préstamo de reparación podría generar efectos "en cadena" en toda la eurozona y provocar un éxodo de inversores preocupados por posibles decisiones unilaterales de las autoridades en el futuro.
La propia Von der Leyen reconoció este escenario en una carta a los líderes de la UE, diciendo que la audaz medida podría interpretarse como una confiscación ilegal, aunque insiste en que la base jurídica es sólida y el préstamo es la mejor manera de avanzar para el bloque.
"Si los inversores internacionales ven este mecanismo como una confiscación de activos rusos, la confianza en Europa podría erosionarse, lo que afectaría a los mercados financieros y aumentaría los costes de los préstamos para todos los Estados miembros de la UE", dijo el portavoz de Euroclear.
"Aunque la propuesta de préstamo para reparaciones pueda parecer rentable, corre el riesgo de encarecerse y podría ahuyentar la inversión extranjera". La crítica declaración de Euroclear pesará sobre el primer ministro Bart De Wever en su reunión del viernes por la tarde con Merz y Von der Leyen.
De Wever ha invocado repetidamente los riesgos a los que se enfrenta Euroclear y ha afirmado que no cederá a presiones para aceptar el plan, lo que lo ha dejado en minoría dentro del Consejo Europeo, donde la mayoría de los líderes se muestran favorables al préstamo de reparaciones.
Hungría y Eslovaquia también se resisten a la iniciativa por diferentes motivos. "Todavía puedo determinar mi propia posición, aunque haya vecinos grandes y fuertes a los que aprecio mucho y respeto mucho políticamente, que podrían pedirme (que haga) algo diferente", dijo De Wever en vísperas de su reunión con Merz.
"Sólo tengo una responsabilidad: los intereses de los contribuyentes belgas".
Merz y Von der Leyen se han comprometido a tener en cuenta las preocupaciones de De Wever, proseguir las consultas a alto nivel y obtener finalmente su bendición antes de una cumbre decisiva. "Es legítimo plantear preguntas, y también es legítimo intentar encontrar respuestas a esas preguntas", dijo el viernes un portavoz de la Comisión.
El tiempo corre deprisa: los líderes de la UE se reunirán el 18 de diciembre en una cumbre decisiva para atender las necesidades financieras y militares de Ucrania. Según las autoridades ucranianas, el país necesitará una nueva inyección de ayuda exterior ya en abril.
Paralelamente, se dice que la Casa Blanca, que desea un acuerdo rápido para poner fin a la guerra y mantiene conversaciones directas con Moscú, está buscando la manera de aplastar el plan. Según 'Bloomberg', Estados Unidos ha presionado a "varios" Estados miembros para que bloqueen el préstamo de reparaciones, argumentando que podría acabar "prolongando la guerra".
La consejera delegada de Euroclear, Valerie Urbain, se hizo eco de estas palabras en una entrevista a la televisión belga. "En este momento, ese dinero estaría mejor invertido en negociaciones de paz, en lugar de establecer una estructura jurídica extremadamente compleja y arriesgada y perder luego esa ventaja en las negociaciones", dijo Urbain.
Si no se logran avances, la UE tendrá que recurrir a los mercados financieros y recaudar 90.000 millones de euros en deuda común para apoyar a Ucrania, la opción preferida por Bélgica.