Ine Van Wymersch, la primera comisaria nacional de drogas de Bélgica, explica a 'Euronews' que la Unión Europea debe tomar medidas enérgicas contra las plataformas de mensajería cifrada que permiten a los narcotraficantes coordinar sus operaciones delictivas.
La Unión Europea puede marcar la diferencia en la lucha contra el narcotráfico; solo debe utilizar su poder regulador para obligar a las empresas de comunicaciones codificadas a cooperar con las fuerzas del orden. Así lo ha expresado la comisaria nacional de drogas de Bélgica, Ine Van Wymersch, al programa de entrevistas de Euronews '12 Minutes With'.
"Creo que donde necesitamos más presión por parte de las instituciones europeas es realmente para presionar a estas grandes empresas que están trayendo sus herramientas de comunicación cifrada, por ejemplo, a nuestro mercado, para obligarlas a colaborar con las fuerzas del orden", declaró Van Wymersch.
"Están facilitando no solo la comunicación legal, sino también la ilegal", prosiguió. "Vemos que las organizaciones criminales están aprovechando el hecho de que estas empresas no están muy dispuestas a colaborar con las autoridades".
Las bandas de narcotraficantes emplean servicios de comunicación encriptados, tanto legales como delictivos, para coordinar sus operaciones.
Europol, la agencia policial de la UE, ha desmantelado hace poco extensas redes delictivas que operaban en todo el continente europeo con la información extraída de plataformas conocidas de mensajería delictiva como Sky ECC, Encrochat y ANOM.
La agencia describe dichas plataformas como "herramientas poderosas" para los investigadores, ya que tanto los dirigentes como los brazos logísticos de las bandas delictivas dependen de ellas.
Las autoridades belgas también han descifrado anteriormente miles de millones de mensajes en Sky ECC y Encrochat, lo cual ha dado lugar a más de 100 condenas y grandes avances en la lucha contra la droga. Pero Van Wymersch también habló de aplicaciones comerciales como Telegram y Signal como posibles vías para nuevas medidas represivas.
Ni Telegram ni Signal se consideran "plataformas en línea muy grandes" actualmente, según la normativa digital de la UE, la Ley de Servicios Digitales (DSL), pues cuentan con menos de 45 millones de usuarios mensuales en todo el bloque. Esto quiere decir que no tienen que cumplir las normas más estrictas sobre contenidos ilegales.
Telegram (a cuyo director ejecutivo, Pavel Durov, se detuvo en Francia el año pasado en el marco de una investigación por delitos de drogas en la aplicación) ha elegido Bélgica como sede legal en la UE, lo que significa que el cumplimiento de la DSA por parte de la plataforma está siendo vigilado por el regulador belga de las telecomunicaciones, BIPT.
Van Wymersch rebatió las críticas de los magnates de la tecnología, e incluso del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de que las medidas reguladoras de la UE sobre las plataformas tecnológicas están infringiendo la libertad de expresión.
"Si aceptamos que existe como un espacio digital donde estos delincuentes pueden hablar libremente, al final estamos perdiendo nuestra libertad", manifestó.
"Nuestro enemigo no tiene valores ni normas éticas"
Van Wymersch lleva dos años ejerciendo como comisaria belga de drogas y ha encabezado los esfuerzos para "poder poner barreras en todas las cadenas logísticas" de las redes de narcotraficantes.
"Creo que el crimen organizado tiene muchas caras y aspectos, pero solo tiene un corazón (...) y el centro de gravedad que lo mueve es el dinero. Son los activos delictivos", afirmó a 'Euronews'.
Además, añadió que la represión belga está surtiendo efecto, pese al gran repunte de la violencia relacionada con las drogas en las calles de las dos mayores ciudades del país, Bruselas y Amberes.
"Por eso creo que se están poniendo nerviosos: nos estamos centrando en sus activos delictivos, que son realmente su razón de ser", opinó. En los últimos años, grandes figuras de la represión belga se han visto obligadas a esconderse debido al alto riesgo de sus cargos.
Una juez de instrucción de Amberes que hace poco advirtió de que Bélgica se estaba convirtiendo en un "narcoestado" se vio obligada a esconderse tras recibir amenazas de muerte de las mafias. Al exministro de Justicia Vincent Van Quickenborne también se le ofreció protección junto a su familia en dos ocasiones.
A la pregunta de si consideraba que su vida corría peligro en su trabajo, Van Wymersch respondió: "No hay que ser ingenuos. El enemigo al que nos enfrentamos no tiene ningún tipo de valores ni normas éticas. Debemos ser conscientes del riesgo para nuestra seguridad, por supuesto".