El Gobierno italiano aprobó hace años una ley que prohíbe la carne artificial, pero algunos mensajes que circulan estos días por internet sugieren que es algo que acaba de suceder, suscitando declaraciones contradictorias relacionadas con la seguridad de este producto.
Recientemente se han hecho virales en internet mensajes que afirman que Italia acaba de convertirse en el primer país del mundo en prohibir la "carne cultivada en laboratorio", reavivando el debate sobre su seguridad y consumo.
Esta imagen publicada en Instagram y X, por ejemplo, muestra una foto de la primera ministra Giorgia Meloni y dice que Italia ha prohibido la "carne cultivada en laboratorio de Bill Gates", insinuando una conspiración vinculada al empresario estadounidense.
Sí, Italia aprobó una ley en 2023 que prohíbe la carne cultivada o de laboratorio y las etiquetas "relacionadas con la carne", como "filete" y "salami", para los productos a base de plantas, y las empresas que no la cumplan se enfrentan a multas de hasta 60.000 euros. Sin embargo, no se trata de algo nuevo, como da a entender el post, y no se apuntaba específicamente a Gates.
Es cierto que Gates se encuentra entre los inversores que respaldan a algunas de las principales empresas que impulsan la carne de origen celular, pero no era señalado de manera específica en absoluto.
La prohibición en sí es también más matizada de lo que parece a primera vista. Los analistas han calificado la ley de "potencialmente inaplicable" porque Italia la aprobó antes de que finalizara el periodo de escrutinio de la UE, conocido como procedimiento TRIS, que habría comprobado si perjudicaba al mercado único.
Algunos afirman que, como resultado, los tribunales podrían declararla inaplicable en virtud de la legislación de la UE hasta que se siga el procedimiento adecuado, lo que hace que su futuro sea incierto.
"Debido a que no se ha seguido el procedimiento TRIS obligatorio, la medida no produce efectos legales en la actualidad", dijo un portavoz de Bruno Cell, una nueva empresa italiana del sector de la carne cultivada, al equipo de comprobación de hechos de 'Euronews'.
A día de hoy, la UE no ha autorizado aún ningún producto cárnico derivado de células cultivadas en laboratorio, a pesar de que algunas empresas han solicitado la autorización de comercialización.
En 2024, la francesa Gourmey fue la primera empresa en hacerlo en la UE para su foie gras cultivado, mientras que la neerlandesa Mosa Meat hizo lo propio un año después para su carne de vacuno obtenida a partir de células. Ambas solicitudes están aún en estudio.
En estos casos, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) realiza una evaluación de riesgos del producto. Después, la Comisión Europea y los Estados miembros de la UE deciden si conceden o no la autorización de comercialización del nuevo alimento, además de las condiciones de su uso, como el etiquetado.
Por lo general, la Comisión Europea sigue el consejo de la EFSA, pero también tiene en cuenta otros factores pertinentes, como las preocupaciones socioeconómicas y éticas. Si se aprueba, el producto se añade a la Lista de Nuevos Alimentos de la Unión Europea y puede comercializarse en cualquier país de la UE siempre que se respeten sus condiciones de uso.
La EFSA declaró a 'Euronews' que no está ni a favor ni en contra del uso de alimentos derivados de células cultivadas y que se centra exclusivamente en la seguridad de un determinado producto.
"La primera prioridad de la EFSA es proteger la salud pública", dijo un portavoz. "En el sistema regulador de la UE para nuevos alimentos, el papel de la EFSA es evaluar la seguridad de los productos, incluidos los derivados de nuevas tecnologías como las técnicas de cultivo celular".
"Llevaremos a cabo nuestras evaluaciones de riesgo de cualquier otra solicitud de productos alimentarios derivados de cultivos celulares caso por caso, del mismo modo que para todos los nuevos alimentos", añadió el portavoz.
Italia no es el único país de la UE que ha expresado su preocupación por la carne cultivada en laboratorio. El Parlamento húngaro también votó recientemente una prohibición, con una excepción sólo para uso médico y veterinario.
El Gobierno afirmó que la medida contribuiría a defender la salud pública y el modo de vida rural tradicional de Hungría. Aunque Hungría respeta la norma TRIS, a diferencia de Italia, la Comisión Europea ha advertido de que tal medida podría amenazar la libre circulación de mercancías en la UE.
En el resto de Europa, el Reino Unido se convirtió en el primer país del continente en aprobar la carne cultivada, en 2024, pero sólo para alimentos de mascotas de la empresa Meatly. Países Bajos, por su parte, ha realizado pruebas de sabor reglamentarias para humanos.
Más lejos, muy pocos países en todo el mundo han aprobado la carne cultivada hasta ahora, con Singapur a la cabeza en 2020, seguido de Estados Unidos (aunque está prohibida en algunos estados), Israel y Australia.
Pros y contras de la carne de cultivo
Mientras los países de Europa y otros continentes deciden si permiten o no la carne de cultivo en sus estanterías, muchos consumidores en línea cuestionan sus beneficios y destacan las preocupaciones que conlleva el producto.
Laura Bosman, gestora de contenidos y experta interna en nutrición del Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación, declaró a 'Euronews' que una de las principales ventajas de la carne cultivada en laboratorio es un mayor bienestar animal.
"La carne cultivada en laboratorio, o basada en células, ofrece varias ventajas potenciales, como una menor dependencia de la ganadería tradicional, lo que podría mejorar el bienestar animal dentro del sistema alimentario y limitar la exposición a patógenos comunes transmitidos por los alimentos, como la Salmonella o el Campylobacter, que suelen proceder del intestino del ganado", explicó. "También puede requerir menos tierra, agua y fertilizantes que la producción convencional".
Un portavoz de Cellular Agriculture Europe, organismo comercial que representa a las empresas de carne cultivada, afirmó que "podría reducir significativamente el uso de recursos, la contaminación y las necesidades de tierra y, cuando se produce con energía renovable, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 92% en comparación con la carne de vacuno convencional".
"Desde el punto de vista económico, si avanzan las aprobaciones normativas y el sector se desarrolla junto a los productos de origen vegetal, la carne cultivada podría generar hasta 90.000 puestos de trabajo en Europa y aportar hasta 85.000 millones de euros a la economía de la UE", añadió el portavoz.
Muchas de estas ventajas, sin embargo, parecen contener advertencias. Una idea errónea muy extendida es que en la actualidad la carne cultivada en laboratorio está totalmente exenta de sacrificios, pero en realidad la producción actual sigue dependiendo de células madre de origen animal y, a menudo, de suero fetal bovino, según Bosman.
"La sostenibilidad también se simplifica en exceso", afirma. "A pesar del ahorro potencial en el uso de la tierra, el agua y los fertilizantes, las repercusiones medioambientales siguen siendo inciertas y estudios recientes de modelización han sugerido que la producción de carne en laboratorio podría generar niveles problemáticos de emisiones de CO2 a largo plazo".
Otra de las grandes preocupaciones es el efecto que la industria de la carne cultivada podría tener sobre la ganadería, si es que efectivamente comienza a tener auge. Sin embargo, sus defensores afirman que el sector pretende complementar el trabajo de los ganaderos, y que dependerá de ellos la provisión de células de ganado para el cultivo.
"En este sentido, teniendo en cuenta que para 2050 se espera que haya casi 10.000 millones de personas en el planeta y que el consumo de carne aumentará en todo el mundo hasta un 50% con respecto a los niveles de 2008, esto supondría un reto ecológico planetario a resolver, así como una oportunidad económica para Europa", afirma el portavoz de Cellular Agriculture Europe.
"La agricultura celular podría desempeñar un papel en la resolución de este reto formando parte de una estrategia de diversificación de proteínas reforzada por un enfoque complementario de múltiples partes interesadas que incluya un conjunto de herramientas que van desde la agricultura regenerativa a la tecnología de biofabricación de alimentos como la agricultura celular", añadieron. En última instancia, sin embargo, está por ver si Europa tiene apetito por la carne cultivada en laboratorio.
"La aceptación de los consumidores será un factor determinante para que la carne de origen celular se imponga en Europa, y los estudios actuales muestran que la gente sigue dudando", afirma Bosman. "Esto se debe en parte a que muy pocos han tenido la oportunidad de probar estos productos".
"La transparencia será esencial, ya que persisten importantes incertidumbres en cuanto a nutrición, sostenibilidad, cualidades sensoriales y coste", añadió. "La investigación independiente desempeñará un papel clave para responder a estas preguntas y generar confianza en el público".