La agricultura del futuro se volverá digital. No es una mera expresión de nuestro tiempo, sino una necesidad real. La creciente demanda de alimentos y las obligaciones hacia el medio ambiente requieren un nuevo paradigma de producción
La agricultura del futuro se volverá digital. No es una mera expresión de nuestro tiempo, sino una necesidad real. La creciente demanda de alimentos y las obligaciones hacia el medio ambiente requieren un nuevo paradigma de producción, basado en la tecnología y los enfoques ecológicos, como explica Vesna Bengin, coordinadora del proyecto Antares:
"Como un niño que crece en esta parte de Serbia. Siempre me han dicho que el suelo aquí es tan fértil que podría alimentar a toda Europa, pero nunca lo ha hecho, por lo que un día empezamos a preguntarnos qué es lo que podemos hacer como científicos para que la agricultura aquí sea más eficiente.
Estamos investigando cómo estas tecnologías pueden ayudar a los agricultores a tener más rendimiento para trabajar con menos insumos, con menos fertilizantes y con menos agua para gastar menos dinero y tener menos riesgos durante la producción agrícola.
Lo que vemos hoy en día es que los agricultores están adoptando las nuevas tecnologías con bastante rapidez. Entienden el valor de las tecnologías digitales. Ellos entienden los beneficios que estas tecnologías pueden aportarles. También, especialmente la generación más joven de agricultores está familiarizada con las tecnologías digitales, no les tienen miedo.
Al optimizar la agricultura, también estamos teniendo un impacto ambiental muy positivo. El asesoramiento que proporcionamos a los agricultores les permitirá utilizar menos fertilizantes para utilizar exactamente el fertilizante que necesitan para evitar la lixiviación de nitrógeno en el agua, por ejemplo. Por lo tanto, optimizar la agricultura será bueno para la agricultura, pero al mismo tiempo será muy bueno para el medio ambiente".