La educación avanza a remolque de la tecnología, y los líderes reunidos en Doha alertan de que las aulas cambian más rápido de lo que los sistemas pueden asumir.
A medida que la inteligencia artificial (IA) se abre paso con rapidez en las aulas de todo el mundo, los líderes educativos reunidos en Doha lanzaron un mensaje claro: las nuevas tecnologías deben profundizar el aprendizaje, no debilitar la base humana de la educación.
Miles de responsables políticos, investigadores, docentes y expertos en tecnología se dieron cita en la capital de Qatar para la 12ª edición de la Cumbre Mundial de Innovación para la Educación, conocida como WISE. El encuentro reunió a participantes de más de 100 países para debatir cómo pueden adaptarse los sistemas al vertiginoso cambio tecnológico, protegiendo al mismo tiempo la equidad y los valores humanos.
De la ambición a la realidad del aula
Una prioridad del foro fue cómo extender las herramientas de IA en sistemas educativos reales y no solo en proyectos piloto aislados. Una mesa redonda de alto nivel sobre la expansión de la IA en el aprendizaje advirtió de que una gobernanza de datos débil, la falta de formación docente y la escasa alineación con los currículos nacionales pueden convertir la innovación en desigualdad con rapidez.
Los ponentes sostuvieron que el impacto de verdad depende de la confianza del profesorado y de la pertinencia cultural, más que de la sofisticación técnica. Subrayaron que las herramientas diseñadas lejos de las aulas suelen fracasar cuando chocan con la realidad de colegios saturados y sistemas con pocos recursos.
Mana Mohammad Al Ansari, responsable de empoderamiento económico y educación en la organización Education Above All, afirmó: "La IA debe ir detrás de la humanidad, no por delante".
Sistemas bajo presión global
Durante la cumbre se presentaron nuevas conclusiones del trabajo de seguimiento global de la educación de la UNESCO, que ponen de relieve la ampliación de las brechas en el acceso digital y la financiación educativa en todo el mundo. La investigación señaló la creciente presión sobre sistemas que afrontan conflictos, desplazamientos y alteraciones climáticas.
Una mesa específica en árabe abordó la educación en regiones afectadas por conflictos, con foco en respuestas impulsadas por la comunidad y estrategias locales de resiliencia. La discusión destacó que a la educación se le pide cada vez más que actúe a la vez como fuerza estabilizadora y herramienta de recuperación a largo plazo.
Los empleos del futuro se diseñan antes de existir
Más allá de la IA, las sesiones exploraron tecnologías avanzadas y computación cuántica, y se preguntaron cómo puede la educación preparar a los estudiantes para industrias que aún no existen plenamente. Expertos advirtieron que los itinerarios tradicionales de colegios y universidades son demasiado lentos para seguir el ritmo de la transformación tecnológica.
Shahin Aman, director de incidencia en WISE, dijo: "Debemos aplicar los valores humanos en el núcleo de lo que hoy es la educación". La conversación marcó un cambio desde modelos educativos reactivos hacia un desarrollo de capacidades predictivo, orientado al futuro.
El investigador de Google Matthew Kam dijo en la cumbre que "los empleos del futuro no surgirán por sí solos", y defendió que los sistemas deben anticipar activamente nuevos roles y formar al alumnado antes de que esos perfiles se generalicen. Se remarcó un cambio creciente desde modelos educativos reactivos hacia un desarrollo de capacidades predictivo, orientado al futuro.
El profesorado sigue siendo la columna vertebral
Pese al foco en tecnologías avanzadas, muchas conversaciones llegaron a la misma conclusión: el profesorado es central en cualquier reforma exitosa. Paneles sobre IA para el desarrollo profesional advirtieron de que las herramientas digitales pueden fracasar sin un liderazgo institucional fuerte y marcos normativos de apoyo.
Margo Tripsa, del Instituto de Desarrollo Educativo de Qatar Foundation, dijo: "El impulso no se mantiene solo con cursos, necesitamos estructura, liderazgo y apoyo normativo". Los ponentes alertaron de que sistemas mal diseñados podrían ampliar la desigualdad educativa en lugar de reducirla.
El premio global bajo la mirada de Sheikha Moza
La cumbre se cerró con el reconocimiento internacional a innovadores de la educación, cuando Sheikha Moza bint Nasser, presidenta de Qatar Foundation, entregó el Premio WISE de Educación. El galardón, uno de los premios educativos más destacados del mundo, repartió en total 1 millón de dólares (862.500 euros) entre agentes de cambio globales.
El máximo reconocimiento fue para TUMO, de Armenia, que reinventa el aprendizaje extraescolar mediante una educación creativa y basada en la tecnología. El segundo premio fue para Iqrali.jo, de Jordania, una plataforma que refuerza la alfabetización árabe infantil mediante la implicación de las familias, mientras que el tercero fue para Darsel, de Estados Unidos, por su tutoría de matemáticas impulsada por IA diseñada para entornos de baja conectividad.
Una advertencia al cierre
El Premio Nobel Abhijit Banerjee cerró la cumbre recordando que la tecnología, por sí sola, no puede arreglar los sistemas educativos. "Todos los niños pueden aprender si les encontramos donde están", dijo, y advirtió de que las herramientas mal diseñadas corren el riesgo de sustituir el aprendizaje profundo por atajos.
El director general saliente de WISE, Stavros Yiannouka, describió la educación como "una empresa profundamente humana" incluso en un mundo de potentes nuevas herramientas digitales. Su sucesora, la doctora Asyia Kazmi, dijo que el mundo entra en un periodo de "gran promesa" pero también de "gran peligro" si la innovación no se guía por valores humanos claros.