En el hospital Mauriziano de Turín, un sistema basado en inteligencia artificial analizó 390.000 historiales médicos y descubrió miles de casos de violencia machista no registrados. Podría convertirse en una potente herramienta de alerta precoz de casos invisibles.
Un sistema de inteligencia artificial desarrollado por la Universidad de Turín está revolucionando la detección de casos de violencia de género: analizando los informes de urgencias del hospital Mauriziano, el algoritmo ha identificado unos 2.000 episodios de violencia contra mujeres que habían permanecido invisibles para el sistema sanitario.
El proyecto, fruto de una colaboración interdisciplinar entre informática, psicología y epidemiología, demuestra cómo la IA puede convertirse en una herramienta concreta para identificar el maltrato sumergido y mejorar la prevención.
Cómo funciona el sistema Vides
El núcleo de la iniciativa es un sistema llamado Vides (Sistema de Detección de la Violencia), diseñado para "releer" los historiales médicos de urgencias y detectar lesiones que podrían tener un origen violento, aunque la historia clínica no lo indique explícitamente.
El modelo de IA se entrenó con datos anónimos facilitados por el hospital Mauriziano: aproximadamente entre 350.000 y 390.000 informes de ingresos en urgencias entre 2015 y 2024.
Según los investigadores, el sistema alcanza una precisión del 96%-98% en la identificación de lesiones potencialmente relacionadas con la violencia. En comparación, los registros oficiales del hospital solo habían registrado unos 900 casos de violencia en el mismo periodo de tiempo: en cambio, la IA informó de casi 2.000 casos "sospechosos", muchos de los cuales, según el análisis de género, probablemente correspondían a mujeres maltratadas.
Por qué estos casos permanecieron ocultos
Según los investigadores, varios factores contribuyen a que no se denuncie la violencia de género en la sanidad. Muchas mujeres no declaran abiertamente que han sufrido malos tratos, en parte porque pueden ir acompañadas al hospital por la persona que las ha herido. Además, el personal de urgencias trabaja bajo una gran presión y puede no tener tiempo o recursos para registrar si una lesión es el resultado de una agresión.
El profesor Daniele Radicioni, de la Universidad de Turín, explica que la inteligencia artificial puede identificar "patrones recurrentes": zonas del cuerpo afectadas con más frecuencia, patrones de traumatismos y frases en los informes que sugieren un origen violento.
Tras el análisis automático, los investigadores comprobaron manualmente una muestra de los casos notificados por el sistema. En el 96% de las situaciones, las predicciones de la IA fueron correctas. Este nivel de precisión indica que el proyecto podría ser una poderosa herramienta de alerta temprana para casos de violencia invisibles a los ojos del sistema.
El sistema se encuentra actualmente en fase piloto, pero los investigadores pretenden ampliarlo a otros hospitales, interconectando los datos clínicos de forma segura y respetuosa con la privacidad.
El objetivo es activar alertas automáticas cuando el algoritmo detecte un posible caso de maltrato, para que el personal sanitario pueda intervenir rápidamente con protección, denuncia o apoyo psicológico. Según los responsables del proyecto, una aplicación más amplia y sistemática de esta herramienta podría salvar vidas y reducir el número de abusos que permanecen en la sombra.
Un reto entre tecnología y ética
El proyecto también plantea importantes cuestiones éticas: cómo garantizar la privacidad de las víctimas, evitar las denuncias falsas y asegurar que la IA no sustituya la relación humana entre profesional sanitario y paciente.
Los responsables también están trabajando en versiones ligeras del sistema que puedan utilizarse en infraestructuras más sencillas, sin necesidad de superordenadores, para que la tecnología pueda ser utilizada por hospitales y centros sanitarios en general con recursos limitados. Este proyecto representa un avance concreto en la lucha contra la violencia de género, no solo como recopilación de datos, sino como herramienta preventiva.
Detectar lesiones sospechosas antes de que la violencia vaya a más y crear una red de notificación automática puede convertir las salas de urgencias en un verdadero punto de prevención. Según el equipo de UniTo, la inteligencia artificial podría convertirse en parte integrante de las prácticas sanitarias de urgencia, haciendo más difícil que la violencia de género permanezca invisible.