Según el estudio, la mayoría de las personas que dejaron de tomar antidepresivos presentaban tan pocos síntomas que no se consideró que tuvieran síndrome de abstinencia clínico.
Es posible que dejar los antidepresivos no conlleve tantos efectos secundarios como se cree, según un nuevo y exhaustivo análisis. El estudio, publicado en la revista 'JAMA Psychiatry', es la mayor revisión realizada hasta la fecha sobre los síntomas de abstinencia de los antidepresivos, según los investigadores del Reino Unido.
Su objetivo era comprender qué ocurre cuando las personas dejan de tomar antidepresivos e identificar qué síntomas se deben a la interrupción de la medicación y cuáles podrían reflejar una posible recaída de la depresión u otros problemas de salud mental.
"Nuestro trabajo concluye que la mayoría de las personas no experimentan un síndrome de abstinencia grave, en términos de síntomas adicionales", afirmó en un comunicado el doctor Sameer Jauhar, autor principal del estudio e investigador del Imperial College de Londres.
La revisión incluyó 50 ensayos controlados aleatorizados -considerados el patrón oro de la investigación médica- en los que participaron unas 17.800 personas. Por término medio, las personas que dejaron de tomar antidepresivos experimentaron síntomas como mareos, náuseas, vértigo y nerviosismo en las dos primeras semanas.
Sin embargo, el estudio halló que la mayoría de las personas tuvieron tan pocos síntomas que se consideraron "por debajo del umbral" de abstinencia clínica. Según los investigadores, el estado de ánimo de las personas tampoco pareció empeorar como consecuencia de la interrupción de la medicación, lo que podría ser una señal de que la depresión está reapareciendo.
Los resultados contradicen otro estudio, publicado a principios de este año, según el cual los síntomas de abstinencia de los antidepresivos eran "frecuentes, graves y prolongados" en muchos pacientes. Sin embargo, Katharina Domschke, catedrática del Departamento de Psiquiatría y Psicoterapia de la Universidad de Friburgo (Alemania), señaló que ese estudio era "metodológicamente mucho más débil" porque sólo incluía a 310 pacientes y tenía un mayor riesgo de sesgo en los resultados.
El último análisis es "extremadamente bienvenido en términos de ayudar a desestigmatizar los antidepresivos", añadió Domschke, que no participó en el informe.
Náuseas y vértigo, los síntomas más comunes
El estudio incluyó varios tipos de antidepresivos, como la agomelatina, la vortioxetina, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como el escitalopram, la sertralina y la paroxetina, y los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN), como la venlafaxina y la duloxetina.
Los investigadores realizaron un seguimiento del número de síntomas que experimentaban los pacientes en una escala de 43 puntos, comparando a los que dejaban los antidepresivos con los que tomaban placebos o tratamientos ficticios.
En general, los pacientes que dejaron los antidepresivos experimentaron un síntoma más, como náuseas o vértigo, que los que dejaron los placebos. Por ejemplo, el 20% de las personas que dejaron de tomar venlafaxina sufrieron mareos, frente a sólo el 1,8% de las que tomaron placebos.
Los distintos antidepresivos también provocaron síntomas de distinta gravedad y duración. Las personas que dejaron de tomar desvenlafaxina fueron las que experimentaron más síntomas, mientras que los pacientes que dejaron de tomar vortioxetina fueron bastante similares a los que tomaron placebo.
La revisión tiene algunas limitaciones. La mayoría de los estudios hicieron un seguimiento de las personas hasta dos semanas después de dejar de tomar antidepresivos, lo que dificulta sacar conclusiones sobre los efectos a largo plazo.
"Todavía necesitamos más datos sobre los usuarios a largo plazo, la vulnerabilidad individual y las mejores prácticas para la interrupción", dijo en un comunicado el doctor Christiaan Vinkers, psiquiatra e investigador del estrés en el Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam, que no participó en el estudio. Por ahora, dijo Vinkers, "los hallazgos promueven una comprensión más equilibrada y con base científica de la interrupción de los antidepresivos".