El informe anual de Human Rights Watch señala que los líderes políticos han demostrado que se puede parar el populismo autoritario.
La demogogia y el populismo autoritario son las grandes amenazas que ponen en riesgo los derechos humanos en todo el mundo en 2018, según el **informe anual **del observador internacional Human Rights Watch (HRW), publicado hoy (18 de enero).
"El año pasado demostró la importancia de luchar contra la amenaza de los demagogos, y sus políticas abusivas", dice Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW, en el ensayo introductorio del estudio.
Roth advierte que los demagogos se han aprovechado de la desarticulación económica y la desigualdad causada por la globalización y los avances tecnológicos, y del temor a los cambios culturales en "un mundo cada vez más móvil". Además, la amenaza de ataques terroristas han alimentado la xenofobia y la islamofobia.
No obstante, cuando los líderes políticos confrontan estas prácticas, que "demonizan a las minorías, atacan los derechos humanos y minan las instituciones democráticas", se pueden limitar sus efectos, asegura.
Como ejemplo, el presidente de Francia Emmanuel Macron es la cara y el mandatario de Estados Unidos Donald Trump, la cruz.
HRW elogia el contraataque de **Macron **a la "campaña de odio" liderada por **Marine Le Pen, **del Frente Nacional, en las pasadas elecciones presidenciales francesas. Aunque también lamenta que los primeros meses de Macron en la presidencia no han dejado impresiones mixtas en materia de derechos humanos y muestra su preocupación por "sus políticas antiterroristas y su visita silenciosa a China".
En la otra cara de la moneda, Trump y sus políticas antiimigración, que, por otra parte, han sido confrontadas por gran parte de la sociedad. desde periodistas y jueces hasta políticos de su propio partido, señala el informe.
El populismo autoritario también ha encontrado resistencia en Europa central y en Venezuela, apunta el texto. En este sentido, el informe señala las protestas masivas en Polonia contra los intentos de minar el poder judicial y las manifestaciones en las calles de Caracas contra el gobierno de Nicolás Maduro.
"La lección central del año pasado es que los derechos humanos se pueden proteger del desafío populista", dijo Roth. "Lo que se necesita es una defensa basada en principios en lugar de la rendición, un llamado a la acción en lugar de un grito de desesperación", concluye.
