La victoria de los conservadores equivale a la victoria del programa europeo de asistencia financiera. Pero las elecciones del domingo han dejado patente la división de la sociedad griega, entre quienes soportan la austeridad como un mal menor frente a la posibilidad de la salida del euro, y quienes, simplemente, no la soportan más.
“No me espero nada del nuevo gobierno. Es el mismo gobierno que nos ha conducido a esta situación, con el acuerdo con la troika y las medidas de austeridad”, explica un griego.
“Estamos esperando a que haya un gobierno, esperamos uno. Pero para mí esto no es un buen resultado. Confiemos en no tener que enviar a nuestros hijos a Europa. Estamos a ver qué pasa en el futuro”, dice una ciudadana griega en Atenas.
El líder conservador Andonis Samaras ha iniciado ya la ronda de contactos con las formaciones con representación parlamentaria para formar lo antes posible un gobierno de coalición.