Un baño de petróleo en Azerbaiyán

Un baño de petróleo en Azerbaiyán
Por Euronews
Compartir esta noticiaComentarios
Compartir esta noticiaClose Button
PUBLICIDAD

En el siglo XIII el famoso explorador Marco Polo llegó a esta región. Dijo que había burbujas que salían del suelo, como si fuera una especie de lodo negro que quemaba a los hombres. Ahora vienen aquí personas de todas las partes del mundo no para quemarse sino para bañarse.

La ciudad de Sheki se encuentra enclavada en las estribaciones de las montañas del Cáucaso. Durante siglos fue una parada obligatoria para los comerciantes de la ruta de la seda. Hoy día sigue siendo un hervidero de actividad entre comerciantes y clientes de Sheki y los que vienen de las localidades cercanas.

Los trabajos con seda que se hacen aquí son conocidos y muy apreciados como las alfombras, que se confeccionan de manera tradicional y por encargo.

Cada artesana llega ha tejer dos centímetros de seda al día. Luego se añaden cuatro centímetros de lana ( si la alfombra lleva lana ). Y así hasta que se completa el dibujo.

Los colores salen de ingredientes naturales mezclados con un receta muy antigua. Este color rojo, por ejemplo, se obtiene con cebollas rojas.

Acaban de terminar una alfombra después de ocho meses de confección.

“Estamos muy orgullosas. Hemos hecho esta alfombra con nuestras propias manos. Nuestras manos son de oro”, explica esta trabajadora.

En esta fábrica se ha invertido en máquinas modernas para separar los hilos de seda que producen los gusanos que crían ellos mismos.

“La fábrica de seda está funcionando desde 1931. Gracias a las nuevas tecnologías hemos avanzado pero seguimos utilizando solamente tintes naturales. Hacemos alfombras, bufandas y pañuelos de seda. La ciudad de Sheki es famosa por su industria de la seda y queremos seguir con nuestra tradición, mantener los métodos tradicionales y respetar nuestra historia”, explia Natella Movsumova, gerente de la compañía.

Las vidrieras del Palacio de Sheki llegaron aquí gracias a la industria de la seda. Los comerciantes italianos trajeron vídrio y se llevaron telas.

Hussein Khan, conocido también por ser un gran amante de la poesía, construyó este palacio en 1762.

El Banco Mundial invirtió en su restauración hace nueve años. El techo ha sido renovado por artesanos. Un poeta turco destacaba con estas palabras la importancia de este palacio: “Si Azerbaiyán no tuviera otros lugares históricos, si no hubiera nada, sería suficiente con enseñar este palacio al mundo para hablar de nuestra historia, de nuestra arquitectura, de nuestro arte, porque aquí se encuentran todos los estilos arquitectónicos mezclados”, recita Zamina Rasulova, guía del Palacio de Sheki.

El té es parte de la vida social en Azerbaiyán y tiene sus propias reglas. Antes de beberlo, se recomienda tomar un poco de azúcar. Una costumbre que viene de la Edad Media, cuando se creía que el azúcar podía eliminar el efecto de cualquier veneno vertido en el té. Hoy lo más fuerte que se echa es un poco de tomillo o menta. Y aquí dicen que cuando se trata de beber en buena compañía, lo que menos importa es el número de tazas que uno se toma.

En el siglo XIII el famoso explorador Marco Polo se encontraba viajando por esta región. Dijo que había una especie de lodo negro que salía de la tierra en forma de burbujas. Se trata en realidad de petróleo crudo y se utiliza con fines terapéuticos.

“Los baños de petróleo tienen efectos muy positivos. Estuve aquí antes, en enero y mi salud ha mejorado así que he vuelto”, explica este hombre, que a acudido a darse un baño de petróleo en un balneario de Sheki.

“Es una terapia maravillosa, es como darse un baño de chocolate caliente”, asegura esta mujer.

Paul McDowell, euronews:
“Y como en cualquier otro baño, vamos a probar el agua, o mejor dicho el petróleo. La temperatura es buena y la sensación es suave y sedosa. El petróleo caliente empieza a subir por el cuerpo, primero por las piernas. Ya se siente lo denso y lo espeso que es. La gente se ha dado baños como estos durante cientos de años. Antiguamente los curanderos decían que tenían muchas más propiedades. Los médicos han dicho ahora que son buenos para las enfermedades de la piel. Así que espero que por lo menos la piel esté radiante cuando salga”.

Dentro de la bañera podemos estar, como máximo, 10 minutos. En la entrada del balneario hay una estatuta del un hombre metido en una bañera, cubierto de petróleo. ¿Pero nos pasaría algo parecido a esto si nos quedamos más tiempo?. En cualquier caso no es aconsejable.

Compartir esta noticiaComentarios

Noticias relacionadas

¿Buscas deportes de invierno llenos de adrenalina? Visita este complejo turístico en el Gran Cáucaso

Casas antiguas, trucos nuevos: Cómo los edificios históricos de Japón revitalizan las zonas rurales

Descubra Satoyama: cómo las comunidades japonesas viven en armonía con la naturaleza