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¿Cuál es la fórmula de la felicidad?

¿Cuál es la fórmula de la felicidad?
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Por Euronews
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En este año nuevo, ustedes quizá hayan formulado, al igual que yo, sus buenos propósitos para mejorar su estilo de vida. En Real Economy estamos

En este año nuevo, ustedes quizá hayan formulado, al igual que yo, sus buenos propósitos para mejorar su estilo de vida. En Real Economy estamos dispuestos a empezar con buen pie y queremos comprender la fórmula que explica la economía de la felicidad.

En nuestro programa iremos a Holanda donde veremos cómo se puede conseguir la felicidad de pequeños y mayores gracias a un equilibrio entre los ingresos, el trabajo y la vida familiar. Pondremos en cuestión las teorías que basan la felicidad en la economía y preguntaremos a los pioneros en esta tema: Jean-Paul Fitoussi en París y Richard Layard en Londres.

Los indicadores económicos convencionales no miden el nivel de felicidad de nuestros hijos, sino que cuentan más los factores a corto plazo.

En Europa se mida el bienestar más allá del PIB, tomando en cuenta factores como el nivel de vida, la familia y la vida social, lo que nos da una idea más clara de como progresa un país.

Pues abarca temas objetivos como los ingresos disponibles y también subjetivos como el nivel de satisfacción. Les propongo algunas claves para medir su nivel de felicidad.

¿Cómo evaluar su nivel felicidad?

Primero: Calcule la renta per cápita de su país, que mide el promedio de la riqueza que éste produce.

De ahí puede pasar a calcular su expectativa de vida en buena salud, es decir, cúanto puede usted vivir sin enfermarse seriamente.

El siguiente paso es su entorno social, ¿tiene usted una base familiar o de amistades que le apoya en momentos difíciles?

Ahora tome en cuenta el nivel de corrupción de su país, pues es algo que suele presentar obstáculos.

También es importante el nivel de generosidad o egoismo de usted y sus compatriotas.

Y por último y no menos importante, ¿se sienten usted libre al tomar decisiones importantes en su vida?

Finalmente obtenga el total de todos estos datos, añadiendo algunos parámetros subjetivos para medir el bienestar.

Hemos medido estos parámetros usando entrevistas basadas en el método Cantril-Ladder, que utiliza una escala del 1 al 10, donde 10 simboliza el mejor nivel de vida posible hoy y dentro de 5 años.

¡El resultado le mostrará su nivel de felicidad!

Según el último informe de la ONU sobre la felicidad, los europeos son felices y la tendencia debería continuar así según este informe que se publica en primavera.

Fijándonos bien, constatamos que, según un estudio realizado en 79 ciudades, en Europa, la posibilidad de poder acceder al deporte, la cultura y al espacio urbano contribuye al bienestar y a la felicidad de los europeos.

Holanda aparecen entre los 5 paises del mundo con más alto nivel de satisfacción. Emilie Refait, desde Amsterdam, nos presenta algunos de los ingredientes de la receta holandesa para una vida feliz.

Para la familia Janssen, la felicidad empieza cada mañana al compartir juntos el desayuno.

Marjolijn Reens, la madre, lo ve así :

“A veces hablamos de las cosas que cada día nos hacen felices. Nos ponemos contentos en cuanto le oimos decir hola, pues siempre está contento.”

La felicidad es aún mayor los miércoles, día en que George trabaja desde casa, y tiene tiempo para estar con su hijo de siete años y compartir las tareas del hogar con su esposa.

George Janssen ha querido romper moldes: “Recuerdo que mi propio padre no nos veía durante la semana, apenas nos vío crecer, yo me siento más comprometido e implicado.”

La igualdad de género, la flexibilidad en el trabajo y una vida equilibrada constituyen la receta holandesa para la felicidad, pero el secreto está en poner cada ingrediente en su justa medida.

El profesor, Jan Latten, especialista en demografía nos explica que : “En Holanda, el 75 por ciento de las madres trabaja a tiempo parcial, igual que algunos padres. La tendencia actual es que el gobierno fomenta la flexibilidad laboral, para que los padres hombre y mujer se puedan organizar mejor en su casa. Si tienen menos presion probablemente sean más felices!.”

Y es verdad, al menos para Marjolin, quien con un ritmo de trabajo de sólo 28 horas semanales, se gana muy bien la vida, y junto a George, alcanzan los 140.000 euros anuales. Aunque la mitad de esos ingresos se va en impuestos, para financiar los servicios públicos holandeses.

“También uso los transportes públicos, que casi siempre son puntuales y puedes ir a todas partes, dice Marjolijin… No son baratos, en realidad son bastante caros y podrían mejorar.”

“Aunque el dinero no puede comprar la felicidad, al menos parece que ayuda bastante. Holanda, después de Luxemburgo, tiene el PIB más alto de toda Europa.”

Y esto, a pesar de la crisis económica en Europa, ha permitido a Marjolijn y a George conservar sus empleos. Tienen un buen nivel de vida, por lo que Berend asiste sin falta a su entrenamiento de hockey. La familia Janssen, como la mayoría de los holandeses, ha encontrado su receta personal para ser felices.

Hemos hablado del informe sobre la felicidad de la ONU. Nos encontramos ahora con Richard Layard, uno de sus autores. ¿Cómo define usted la felicidad, es un sentimiento o es algo más real?

Richard Layard: “Sí, está claro que es un sentimiento. Y podemos medirlo; podemos preguntar a la gente cómo se siente, y si está satisfecha con su vida. Y obtenemos respuestas objetivas. Podemos ver que en países como Estados Unidos y Alemanía, no han incrementado su nivel de felicidad durante un largo período a pesar de que han aumentado considerablemente su nivel de vida.”

¿Podrían estas teaorías convertirse en políticas públicas?

Richard Layard: Bueno, creo que los responsables políticos empiezan a tomar más en cuenta este factor.

“Los británicos fueron los primeros en medir la felicidad de su población y creo que ahora casi todos los países de la OCDE lo están haciendo. Merkel está basando las políticas públicas en lo que ella llama “las cosas que nos importan a todos”, tomando en cuenta aspectos que los dirigentes quizá habrían pasado por alto.”

¿Cree usted que en Europa prestamos atención a todos esos parámetros?

Richard Layard: “La salud mental tiene que convertirse en un pilar de las políticas sociales. En el ámbito de la salud, tendríamos que conceder igual atención a la salud física y a la mental. Eso, de momento, no existe en ningun país del mundo. Al revisar los factores que harán a un adulto feliz, vemos que un niño con buenos resultados escolares, puede estar menos satisfecho que un niño que se siente bien a nivel emocional. El factor que predice una vida satisfactoria, es la salud emocional en la infancia, y no los resultados académicos. Así que necesitamos volver a plantearnos las prioridades que nuestra sociedad establece en torno al bienestar.”

¿Cree que podemos hacer eso con la situación económica por la que está pasando Europa?

Richard Layard: “Sí, absolutamente. Se sigue gastando muchísimo dinero, y necesitamos asignar ese dinero a cosas que realmente importan a la mayoría de la gente.”

En Europa, la gran preocupación es el desempleo, aunque no tanto como hace unos meses. Nos preocupa también la situación económica y en tercer lugar, la inmigración, aunque ésta no está necesariamente relacionada con la economía de la felicidad. Otras preocupaciones son la seguridad social, la salud, la deuda pública e incluso la inflación. La economía de la felicidad toma en cuenta todos estos factores.

Giovanni Magi planteó estas cuestiones a los estudiantes de la Universidad Erasmo de Róterdam, institución pionera en estudios sobre la felicidad.

Esta es la capital de la felicidad, o al menos de la felicidad según factores socioeconómicos, aquí los estudiantes analizan los niveles de satisfacción de muchos países del mundo. ¿Pero en qué se basa este concepto de felicidad ?

Martijn Hendriks, Willem Van Der Deijl y Effie Arampatzi están realizando estudios de doctorado en la Universidad Erasmo de Róterdam:

“Para mí, el salario es sólo el medio para lograr un fin que es la felicidad y la salud, pues lo que uno siempre quiere es ser feliz.”

“La gente vive bajo la presión de tener que triunfar económicamente. Pero creo que sería bueno hacer énfasis en otros factores de la vida que son importantes para la gente como las relaciones sociales, la familia y la comunidad.”

“Estoy segura de que podríamos evaluar las políticas públicas de otra manera. Deberíamos asegurarnos de que evaluamos bien aspectos que son positivos o negativos para la sociedad en general. Esos aspectos pueden tener mayor influencia de lo que muestran los indicadores económicos.”

Un reciente estudio de la Universidad Erasmo de Róterdam muestra una correlación entre el aumento del ingreso per cápita y el incremento de la felicidad. Estos dos valores no sólo aumentan recíprocamente, sino que el promedio de la felicidad aumenta más en los países cuyas economías crecen.

El profesor, Ruut Veenhoven, habla de las condiciones sociales para la felicidad:

“Comparando diversos países vemos que lo que cuenta son los ingresos. Sin embargo, en esa comparativa, vemos que no solo cuentan los ingresos absolutos, sino también la riqueza relativa. Incluso en los países pobres, la gente que es menos pobre, tiene más posibilidades de ser feliz.”

Robert Dur, profesor de Economía compara la actual situación con épocas anteriores:

“En el pasado, se ponía mayor énfasis en el crecimiento económico, en el PIB, y ahora cada vez más países miden también la felicidad y la satisfaccón, pero sin dejar de lado el PIB y el crecimiento económico. La felicidad debe ser un factor adicional a tener en cuenta, debemos abrir nuestro criterio a ese aspecto.”

Mientras Ruut Veenhoven prosigue: “Las condiciones para la felicidad en diferentes países suelen ser el desarrollo económico, la libertad, que es muy importante, la igualdad y el nivel de confianza entre unos y otros. Esta es una breve lista de lo que llamamos los determinantes sociales de la felicidad.”

Antes de que se pusiera de moda hablar sobre la felicidad, hubo en el año 2009 una comisión que trató de evaluarla. Comisión en la que participaron Amartya Sen, Joseph Stiglitz y Jean-Paul Fitoussi, que ahora nos acompaña.

¿Cree que los criterios para evaluar la felicidad son suficientes?

Jean-Paul Fitoussi:

“La felicidad es un concepto muy subjetivo. El bienestar o la calidad de vida son conceptos más objetivos. Claro que importa el dinero, pero también hay que tener salud y un buen trabajo, pues sabemos que las consecuencias del desempleo van más allá de la pérdida de ingresos.”

¿Cree que el concepto actual es algo más que retórica?

Jean-Paul Fitoussi:

“Bueno, hay una parte que siempre ha sido retórica. Hay gobiernos que no entienden porqué no les reeligen. Pero ¿qué siente la gente? Siempre se habla de una vuelta al crecimiento, pero si la gente no lo constata en aspectos concretos, pensarán que está usted mintiendo y que sus políticas son en favor de los ricos. Si el crecimiento económico solo beneficia al 1 por ciento de la población, incluso a los gobiernos no les interesa pues saben que esa es la receta para el fracaso electoral.”

Entonces, ¿cómo se acaba con la desigualdad?

Jean-Paul Fitoussi:

“Necesitamos crecimiento, la gente necesita el crecimiento económico y tener ingresos. Si usted invierte en políticas económicas, ecológicas, tecnológicas o ambientales, seguramente tendrá más ingresos para distribuir. Yo no veo la contradicción en la búsqueda del crecimiento, si éste es para la mayoría de la población.”

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