Lufthansa teme que la segunda caja negra nunca se encuentre o que esté demasiado dañada. Es la que graba los datos de vuelo, que podrían arrojar luz
Lufthansa teme que la segunda caja negra nunca se encuentre o que esté demasiado dañada. Es la que graba los datos de vuelo, que podrían arrojar luz sobre lo ocurrido en la catástrofe en los Alpes franceses, en la que el martes pasado murieron 150 personas.
La primera caja negra, con el audio de los últimos minutos en la cabina, se encontró pocas horas después de la tragedia. La fiscalía de Marsella informó de que todo apunta a que el copiloto, Andreas Lubitz, estrelló el avión de Germanwings intencionadamente.
Unas cuarenta personas peinan la zona a diario para encontrar la segunda caja negra y los restos de las víctimas.
Los investigadores franceses analizan ya los restos encontrados de 78 de los ocupantes del Airbus A320. Para que puedan ser identificados deben cotejarse con las muestras de ADN recogidas entre sus familiares. Un proceso que se va a llevar a cabo en París. Las tareas de identificación de las 150 víctimas podrían finalizarse a mediados de abril.