Elecciones en Reino Unido: los jóvenes desencantados por la política

Elecciones en Reino Unido: los jóvenes desencantados por la política
Por Escarlata Sanchez
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Strip tease, cyber sexo, prostitución… mejor eso que un trabajo precario con horarios fastidiosos. Una elección personal y totalmente asumida por

Strip tease, cyber sexo, prostitución… mejor eso que un trabajo precario con horarios fastidiosos.

Una elección personal y totalmente asumida por esta estudiante en ciencias sociales:

“Tengo 21 años, soy estudiante y trabajadora sexual. Creo que es una actividad flexible con mis estudios en la universidad. Además gano mucho más que si trabajara en un Mac Donalds.”

Según un receinte estudio, uno de cada 20 estudiantes ha optado por esta solución. Para muchos, es la manera más fácil de afrontar los gastos elevadísimos que deben soportar.

“Procedo de clase trabajadora, por lo que mi familia no puede ayudarme mucho. Me pareció muy difícil vivir en Londres, sobre todo por lo caros que están los alquileres. Como estudiante he pedido un préstamo de 9.000 libras (unos 12.500 euros), para vivir un año en Londres. Pero no es suficiente, y el dinero que he ganado haciendo el trabajo sexual ha sido de gran ayuda.”

En una semana, esta joven puede ganar lo necesario para pagar su alquiler mensual y sus gastos diarios.

En Reino Unido, el endeudamiento de un estudiante que sale de la Universidad se eleva a una media de 60.000 euros.

“Me gustaría rembolsar el préstamo lo antes posible, así que probablemente seguiré ejerciendo incluso cuando acabe mis estudios, después ya no tendré más deudas.”

Luego volveremos a cruzarnos con esta joven entre los manifestantes, que han ocupado hace unas semanas varias universidades británicas.

Militan en contra de la política de recortes y de lo que ellos llaman la “deriva mercantil” del sistema universitario.

Y reclaman la supresión de las tasas de matrícula prohibitivas.

Un tema central en la campaña electoral.

Benjamin Tippett forma parte del grupo que ocupa una de las más prestigiosas instituciones británicas, la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, conocida como London School of Economics (LSE).

Reivindican una universidad libre y gratuita, el fin de los contratos precarios para sus empleados o el financiamientos de las universidades por parte de empresas contaminantes o implicadas en la industria militar.

“Esta escuela se ha convertido en el paradigma de la institución neoliberal y significa que ha habido un cambio radical en el sistema de educación superior en el Reino Unido. Las tasas de matrícula se han triplicado. Ha habido recortes masivos. Las universidades van a los mercados de capitales para financiar la construcción de nuevos edificios. Y los estudiantes se están convirtiendo en un producto utilizado con fines de lucro para la universidad. Queremos acabar con ese sistema, que los estudiantes impliquen a los políticos en la educación y que se reintroduzcan en la política.”

En los últimos años, se ha consumado el desamor entre los jóvenes británicos y sus políticos.

Desde el corazón de la City a los barrios más bohemios de la capital, todos comparten la impresión de haber sido abandonados.

Esta es la opinión de algunos entrevistados en las calles de Londres:

“Como joven, lo único que me interesa son las ayudas que uno recibe para comprar una casa, parece que eso es lo único que nos ofrecen. Me parece que es gente mucho más mayor por lo que no se preocupan realmente por los más jóvenes.”

“No me inspira ninguno, No hay nadie que promueva una política a favor de los artistas o de los jóvenes. Es toda una clase política de viejos que solo piensan en el dinero. No me interesa en absoluto.”

“Para mí, no se trata tanto de si se ocupan de la generación más joven. Para mí lo fundamental es que… ¡no les creo! Digan lo que digan y quien quiera que sea.”

El índice de abstención de los jóvenes británicos es superior a la media del resto de Europa, y sin embargo la calle no la aprueba por unanimidad.

“Aún no estoy seguro por quién voy a votar, pero creo obviamente que es importante. Por que se establece la política para los próximos cuatro años, que afecta a los ingresos de todo el mundo, a la economía del Reino Unido y al nivel de vida de la gente .. así que, por supuesto que es importante!”

“Creo que todos dicen lo mismo, el problema es que si no votas, entonces después no puedes quejarte si gobierna quien no quieres.”

“Sí, se trata de votar para dejar fuera a los políticos que no quieres, y no tanto poner a los que quieres. Es por eso por lo que voto. No es porque apoye totalmente a quienes voto, sino porque desconfío totalmente de los otros.”

Desde hace 5 años, la asociación Bite The Ballot ha aumentado sus campañas de información y sensibilización en elos colegios, universidades y centros juveniles, para fomentar la participación en las urnas entre los menores de 25 años.

Representan más del 10 por ciento del electorado, y podrían hacer oscilar los resultados del escrutinio.

Sara Ghaffari es la coordinadora de la asociación:

“Sólo una cuarta parte de los jóvenes elegibles votó en las últimas elecciones generales en el Reino Unido. En los últimos 5 años, aparecieron diversas políticas dirigidas a las generaciones más jóvenes, pero muchas iniciativas que podían ser beneficiosas para los jóvenes fueron dadas de lado o descartadas. Animamos a los jóvenes a que voten con la esperanza de que los políticos se den cuenta de que en realidad el voto de los jóvenes merece la pena, y que los jóvenes son activos, se implican y exigen más y más.”

Hoy el equipo ha organizado una reunión en una cafetería del centro.

Unos cuarenta jóvenes participan en esta campaña de sensibilización a la política.

Los temas de discusión no faltan:Endeudamiento, precariedad laboral, el desempleo, la vivienda, el medio ambiente, o la discriminación.

Esta generación desconectada de la clase política, podría sentirse tentada por un voto nulo, que en el Reino Unido, cuenta, según nos dice uno de los organizadores de esta reunión.

Massai Lawrence forma parte de la asociación Reluctantly Brave:

Uno de los principales argumentos para animar a los jóvenes a votar, es el voto nulo. Yo tengo la impresión de que vivimos en una generación de “Trolls”. Todo el mundo les odia o les quiere. Pero precisamente, el voto nulo puede ser curioso, en todo caso te incita a votar. Siempre es mejor participar que mantenerse al margen. Además, es una forma de expresar la desconfianza. Y a los jóvenes les gusta tener la última palabra y ahí es donde interviene el voto nulo, porque es una forma de decir que no nos sentimos representados. Es mi opinión en todo caso. La gente me dice: ve a votar; en todas partes hay propaganda para votar, pero realmente no me siento representado. Así que voy a votar nulo.”

Aunque no están satisfechos con la actual clase política, los jóvenes a quienes hemos encontramos, rechazan la apatía, que a menudo que se le achaca. Y comparten las ganas de un cambio radical, como es el caso de Jonathan Miichell.

Tras acumular múltiples empleos, y sin encontrar un trabajo adecuado a su titulación, este joven ha creado una marca minorista de ropa de hombre.

La particularidad de su firma “Brothers We Stand” es que está fabricada siguiendo unos principios éticos y respetuosos del medio ambiente.

“Esta sudadera está hecha con botellas de plástico. El plástico se funde y se consiguen tejidos reciclados. Es el tipo de productos que queremos. Es un buen producto y está hecho de manera sostenible. Y creo que es el negocio del futuro.”

Jonathan ha iniciado su negocio sin a penas medios. Vive en casa de sus padres, donde almacena las colecciones que recibe de diferentes diseñadores y que después vende por internet.

Al principio no fue fácil, pero con la ayuda de una fundación, y mucho entusiasmo, su pequeña empresa pudo despegar.

Aquí, en este espacio común de trabajo desarrolla sus ideas.

En cuanto al tema de la política, dice que votará cuando cumpla 25 años. Jonathan cree sobre todo en la creatividad de su generación para la que otro mundo es posible.

“Con Brothers we Stand puedo tener un impacto en el mundo. No se trata realmente de política, es mi forma de trabajar en lo que sé hacer. Está bien involucrarse en política y poder participar, pero uno también puede tener un efecto de otra manera. No hay que esperar que los políticos hagan lo que queremos. Cada cual, a su nivel, puede cambiar las cosas, símplemente hay que implicarse y así hacer que las cosas se muevan.”

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